“Hola, me llamo Claudia y amo los animales. Comparto este sentimiento con una gran amiga, Maria del Carmen, con quien siempre leíamos este espacio tan lindo del diario y por ella les cuento la historia de mi perrita Lipi, una sobreviviente, ya que la traje de la feria de los pajaros de Villa Dominico, que muchos conoceran.
Tenía parvovirus, parásitos y sarna, pero a pesar de ello y de su pequeño tamaño, tiene un gran corazón y gran tesón y salió adelante. Como animalera que soy también tenía una gata muy querida que tuvo una sola cria, con tanta desgracia que a la semana de nacido, la encontre muerta en la vereda de casa, no puedo explicarles la mezcla de dolor, asombro e incertidumbre que me invadio, porque al instante pense que la misma suerte correría el hijo, que aún no había abierto los ojos.
Presa de la desesperación entré en casa sin saber exactamente qué iba a hacer, cuando me encontre con los ojitos atentos de Lipi. En ese instante decidí presentarselo y ponerselo en la teta. Ella tenía un año de edad en ese momento y nunca habia sido madre, pero ante mi asombro (y no tanto) inmediatamente lo adoptó y nunca más lo abandono.
El gatito iba donde ella iba, fuera al jardín, al sillón, a la cama de mi hijo. Lo alimenté con un prepardo pero ella a la semana empezo a producir leche. Aún estan juntos, ella lo defiende de otros gatos y Michu parece pelear como los perros
Me parece una historia que nos enseña a no discriminar y cómo el amor y la bondad pueden romper barreras. Los animales nos enseñan a vivir.”