“Hola. Nosotros somos Cristian y Mara. Hace 8 meses apareció un hermoso gatito blanco en mi departamento, muerto de hambre, todo sucio, asustado y maltratado.
A mi pareja, Cristian, jamás le gustaron los gatos, a diferencia de mi, que siempre tuve mininos en mi hogar.
Mi pareja trabaja en el ferrocarril y se levanta muy de madrugada. Un día se levantó y se chocó con el gatito en el baño. Asustados ambos, se rechazaron inmediatamente y yo, como toda bichera, traté de agarrar al minino y, convenciendo a mi pareja, le di un poco de leche.
Ese día comió y se fue, no se si fue en forma de agradecimiento o qué, pero a la mañana siguiente apareció otra vez, pero esta vez no lo deje ir mas: convencí a Cristian para que el minino se quedara en casa.
El estaba pasando un mal momento con su supervisor laboral, quien se llama Silvio y, en forma de maldad, homenaje o no se qué decidimos que el gato se tendría que llamar de esa maner.
Hoy en día Silvito, el gato, es el dueño de la cama, de nuestro hogar y de nuestro corazón.
Esta es la foto de nuestra familia”, escriben Cristian, Silvito y Mara.
Desde ya muchas gracias por dejarme compartirlo con ustedes y con todos los que leemos La Nacion.
Mara Isabel