“Oso se llamaba uno de los perros que teníamos en mi casa. Se nos fue en febrero, luego de 15 años de alegrías y de realizar bastantes travesuras.
Oso fue el perro de mi madrina: cuando se lo regalaron le habían comentado que iba a ser un perro chiquito, porque era una cruza de un perro de raza cocker con otro que no era de raza, pero peticito. Mi madrina lo llamó Oso porque se parecía a un osito bebé: era todo peludito.
Oso fue creciendo y el lugar donde pasaba la mayor parte del tiempo era el lavadero de la casa de mi tía, que ya le estaba quedando chico. Lo sacaban a pasear muy de vez en cuando, pero se notaba en sus ojitos que estaba triste porque no tenía espacio.
Un día mi tía se lo dió a mi papá para que lo llevara a mi casa, ya que nosotros tenemos un patio grande y Oso podía andar libremente por ahí.
No se imaginan la alegría del perro cuando llegó: corría y corría por todos lados, estaba tan contento que lo recuerdo como si hubiese sido ayer..
Oso se ganó el amor de mi vecina, la que también le daba de comer porque él le cuidaba su casa cuando ella no estaba, un grande total!
Se hizo amigo de Pipo, mi otro perro que ya era viejito y no tenía tanta paciencia para jugar con él.
Oso era muy compañero, siempre estaba cerca de algún familiar, mi tía le decía ‘Chocolate’ por el color de su pelaje. No le gustaban los fuegos artificiales de las fiestas, lo asustaban tanto que se escondía debajo de la cama hasta que pasara el festejo. Le encantaba comer verduras y sabía dar su patita a modo de saludo.
Oso se enfermó en enero. Cuando lo llevamos al veterinario nos comentó que tenía problemas cardíacos, típica enfermedad de los perros de raza cocker y que, si bien era un perro mestizo, la raza cocker era mucho más fuerte en él.
Lo tratamos unas semanas según la indicación del veterniario, pero un día nos levantamos y él estaba en su cucha muy quieto: ya había fallecido en la madrugada.
Fue un momento bastante triste para mi familia, ya que Oso compartió con nosotros muchas emociones. Tuvimos que decirle a mi sobrino que Oso se fue al cielo, y ahora cuando vé una estrella dice ‘Allá está Oso, ¿viste?’
A mí me hace muy feliz recordarlo siempre, por eso lo quiero compartir con ustedes”, dice Roxana Pintos, de la provincia de Corrientes.