“Este es mi sueño hecho realidad, consaviola, un pura sangre de 9 años. Con él hacemos salto y volamos por el aire sin alas, pero es tocar el cielo con las manos, me persigue cuando le llevo zanahorias y me relincha cuando me ve llegar. Me lo regalaron papá y mamá el 8 de julio, un día antes de la nieve y soy feliz desde aquel momento.
El es el amor de mi vida y la luz de mis ojos”, nos dice Flor y Consa.
Pondia