Corea del Sur, arquitectura siglo XXI

 

 

 

 

 

Tierra de promisión con uno de los PBI más altos del planeta, Corea del Sur se ha convertido en destino de bienales y ferias, y en el paraíso de los arquitectos que están en la cima. Va como ejemplo  el recien terminado edificio de Christian Portzamparc  (arriba), tapa de Le Figaro, para Christian Dior, en el barrio más chic de Seul. Portzamparc tiene como antedecente lo hecho, también para Dior, en la calle 57 casi Madison, en Nueva York. Esto es sencillamente colosal. Una estampa de la arquitectura contemporánea orgánica, ondulante y modulada que parece no tener límites. La curva premonitoria de Frank Lloyd Wright en el Guggenheim  de la 5 Avenida llevada a su máxima expresión (foto abajo).

La arquitectura como escultura y obra de arte.  Fue  casualmente en Seúl donde un año atrás la premiada Pritzker Zaha Hadid (la Scherazade de la vida real) inauguró el Dongdaenum, (foto apertura) centro de convenciones, shopping, palacio de deportes y símbolo de la ciudad. Lo vi en obra tres años atrás. Parecía imposible que esa víbora se cemento tomara forma definitiva. Ya está y será la la postal de Seúl, una ciudad que se reinventó de las cenizas de dos guerras y de un pasado de dominación. El Dongdaenum, en el barrio populoso de Jongo.gu, tiene 89.594 metros cuadrados, está modelado con 3Dy recubierto con 45.000 paneles móviles que permiten seguir la curva sinuosa de su diseño.

Corea del Sur fue reconstruida de la nada por el presidente Park en los años setenta del siglo pasado y ahora, en pleno auge ecónomico y de las artes visuales, el país es gobernado por su hija que ganó las elecciones en buena ley. A partir de la influencia y trayectoria internacional de Naum Jum Paix, coreano y padre del video arte, Seúl conquistó un lugar en el calendario con una bienal que ya tiene historia, su último curador Okwui Enwezor es el director de la actual Bienal de venecia, y una feria de arte con prestigio entre colecionistas y curadores. La clave del desarrollo fue apostar por un puñado de empresas como Samsung, Hyundai, LG, Kia en las que invirtieron know how, arte  y dinero (sin límites) para convertirlas en líderes PALI PALI que en coreano quiere decir: rápido. La arquitectura de Seúl es hoy un muestrario de talento francés. Dominique Perrault proyectó el edificio de la Universidad Ewha, de mujeres (arriba) y Jean Nouvel ( Museo Reina Sofía de Madrid) el Museo Leeum (derecha) para albergar la Colección Samsung con obras de Louise Bourgeois, Giacometti, Bacon… La alianza tecnología, arte y arquitectura gana dividendos en la hiper cool Corea del Sur. Abajo panel del Lobby del Plaza Park, y panorámicas de la ciudad. 


Sin comentarios

Velázquez y Gaultier bajo el mismo techo

 

 

En el Grand Palais increíble encuentro entre el genio español de la pintura Diego de Velázquez y el enfant terrible de la moda francesa Jean-Paul Gaultier

Nadie lo hubiera imaginado jamás. Francia recibe por primera vez la obra de  Velázquez ( Sevilla, 1599.1660) con  el patrocinio de los reyes Felipe y Letizia, y del presidente Francois Hollande, y la muestra coincide con una alucinante retrospectiva de Jean Paul Gaultier (Arcueil 1952), travieso, iconoclasta, creador de los corsés para Madonna y otras stars. El niño terrible de la moda presenta su producción de los ultimos 30 años. Velázquez comenzó a pintar a los 12 años, en 1611, en el taller de Francisco Pacheco. Genial y ambicioso, se casó con la hiaj de su maestro y por consejo de Rubens fue contratado por Felipe IV como retratista oficial.  Lo pintó en todas las poses y mostró sus dotes, después de las enseñanazas italianas, al retratar al joven heredero  Baltasar Carlos montado en un pony.

Jean Paul Gaultier descubrió su amor por los corsés, la moda y la bijou en la peluquería de su abuela. Tuvo su primer trabajo con Pierre Cardin  e hizo de las rayas marineras su emblema. El colmo de su amor llegó con el personaje del marinero en Querelle ( de Rainer Fassbinder), film que le dió forma a sus fantasías. Todo esto en el Grand Palais con un montaje fuori di serie, Basta decir que los mannequins…  hablan y hasta guiñan el ojo al visitante.

 

No están Las Meninas, ni Las Lanzas, de Velázquez (mi cuadro preferido), pero está el retrato del Papa Inocencio X  (arriba), admirado, amado y copiado por Bacon. Y los retratos de Felipe IV, Baltarsar Carlos, la maja desnuda, sus pinturas caravaggianas y mucho más. Ver para creer. Y en el pabellón del Gran Palais está el festín Gaultier (entrada Clemenceau) con el retrato DE Pierre et Gilles, (arriba), junto a un despliegue increíble de producción, con aplicaciones para al móvil y otras sorpresas.

VELÁZQUEZ, HASTA EL 13 DE JULIO GRAN PALAIS, metro 1, estación Franklin D. Roosevelt. JEAN PAUL GAULTIER HASTA EL 13 DE AGOSTO. GRAND PALAIS. metro 1 estación Roosevelt. Martes cerrado.

 

 

 

 

 

 

 

 

Sin comentarios

Contemporáneos en París II

Marcos López en Plaza de Mayo, My Buenos Aires,  selección de 63 argentinos en  la Maison Rouge realizada por las curadoras Albertine de Galbert y Paula Aisemberg. Imágenes para acercar París a todos los mensajeros del amor al arte. El guión curatorial parece inspirado en la irresistible hipótesis de trabajo de Franceso Careri. Walskscapes  “caminar como práctica estética” (Einaudi 2006), les recomiendo amigos blogueros el video de You Tube con Careri hablando del  descubrimiento del flaneur, siglo XXI , como los que circulan por Lavalle( abajo foto de Alberto Goldenstein). Perder el tiempo como una manera de ganarlo, forma de descubrimiento y placer.

Antoine de Galbert presenta en la embajada de Francia  My Buenos Aires, en 2014

Arriba imágenes de Marcela Astorga, Nicanor Aráoz y Fabio Kacero. El catálogo guía de la muestra incluye textos de María Gainza y Diana Weschler.

Texto publicado en la edicón de LN sábado 20 de junio.

Porteños en la maison rouge. Sin límites y sin clichés.

París.- Perfumado por los tilos en flor, el Boulevard de la Bastilla recibió ayer la muestra My Buenos Aires, la más ambiciosa apuesta por la difusión del arte argentino en el exterior, impulsada por el coleccionista Antoine de Galbert, con el apoyo de Hernán Lombardi, ministro de Cultura porteño, y de la embajada de Francia en la Argentina. Clima primaveral y festivo en la Maison Rouge, el espacio privado con mayor visibilidad de París, fundado por el heredero del dueño de Carrefour, que se inició con una modesta galería en Grenoble. De Galbert tiene hoy una colección de más de 1000 obras y una de las tres colecciones de sombreros rituales más completas del planeta.

Hombre de perfil bajo y pocas palabras, recorrió en silencio My Buenos Aires antes de la apertura. Vestido de azul noche, luce la Legión de Honor en su solapa y disfruta de la tercera etapa de su programa de trabajo consagrado a dar visibilidad a los artistas de ciudades periféricas. Primero, Winnipeg; luego, Johannesburgo; ahora, Buenos Aires. Son 2500 cuadrados consagrados al arte argentino de las últimas cuatro décadas, con el acento puesto en las obras producidas después de 2001. Los artistas que sortearon la crisis con poéticas intimistas fueron seleccionados por Paula Aisemberg y Albertine de Galbert.

Recomendada por el matutino Libération como una de las muestras del verano parisiense, la exposición porteña comparte cartel con Jean Paul Gaultier en el Grand Palais; Le Corbusier, en el Pompidou, y con una selección de obras maestras llegadas de los mejores museos del mundo a la Fundación Louis Vuitton del Bosque de Boulogne, edificio fabuloso diseñado por Frank Gehry.

Gran oportunidad para los artistas argentinos: 20 de los 63 participantes estaban ayer en la Maison Rouge, comiendo empanadas criollas à la parisienne. Entre ellos, Tomás Espina, que con Martín Cordiano construyó una casa destruida, casi una metáfora de la Argentina (y de esta generación creativa) poscrisis.

Breves palabras del coleccionista De Galbert, del ministro Lombardi y del embajador en Buenos Aires, Jean Michel Casa, acompañado en el informal estrado por Susana Rinaldi, agregada cultural de nuestra embajada en la Rue Cimarrosa, recién llegada de Málaga, donde puso a prueba, casi a los 80 años, que el caudal de su voz sigue intacto.

Factótum de este desembarco en el vecindario de la Bastilla, el más arty de París en estos días, fue Jean-François Guéganno, el agregado cultural de Francia, quien junto con Jack Bathó tejió la trama para que la muestra fuera posible.

La historia comenzó en 2011, cuando De Galbert y Lombardi cerraron el acuerdo para hacer de Buenos Aires tema de una exposición con el espíritu de un viaje, un recorrido por la ciudad que se levanta entre dos pampas, evitando el lugar común.

Guía de Buenos Aires profunda

Lo cierto es que desde hoy y hasta el 20 de septiembre My Buenos Aires será punto de encuentro con obras del siglo XXI, precedidas de algunas señales “visuales y políticas ” en los trabajos de León Ferrari, Aizemberg, Roberto Jacoby, Pablo Suárez y Gumier Meier.

A partir de la geometría urbana de Pablo Siquier, los menhires de Luis Terán, el pop latino de Marcos López, las fotos del flaneur Alberto Goldenstein o el gigantesco y genial collage de Elisa Strada -armado con los volantes callejeros que recomiendan desde merluza con puré hasta un chapista barato-, la recorrida es un viaje. Incluso, el catálogo parece una guía, en el formato de las clásicas Michelin, con un glosario de palabras “nuestras” a cargo de Francisco Garamona y Fernanda Laguna, que va del asado al psicoanalista, del fútbol al Che, de la Coca Sarli a los jacarandás.

No hay antecedente en la historia del intercambio fecundo entre Francia y la Argentina, que tiene más de un siglo, de una apuesta tan comprometida. Los bien informados, como el coleccionista Jorge Helft, recordaban ayer las exposiciones organizadas por Jacques Lassaigne en los 70, cuando era director del Museo de Arte Moderno de París. Sin duda, tenía en su mujer, María Simón, la notable artista argentina nacida en Tucumán, una buena consejera. Fue así como trajo a París las muestras de Xul Solar, Libero Badii y Rómulo Macció.

El itinerario por la exposición tiene escalas en expresiones, formatos y técnicas diversas; Ana Gallardo, Gabriel Chaile, Nicanor Aráoz, Luciana Lamothe, Nicolás Bacal, Max Gómez Canle, Marcelo Pombo, Nicola Costantino, Marina de Caro, Matías Duville, Ballesteros, Villar Rojas, Eduardo Basualdo y Eduardo Stupía forman parte de la selección. Definen los tramos de un viaje singular hasta las entrañas de la Buenos Aires profunda. La que muchas veces vemos y pocas veces miramos..

 

 

 

 

Sin comentarios

Cine de los Amigos de Bellas Artes

 

Un proyecto de largo alcance es el  puesto en marcha por  la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes. Tercer cine arte en Buenos Aires, junto con la Lugones y el Malba. El auditorio puesto en valor será punto de encuentro de otras escenas. Anunciado por Julio César Crivelli, presidente de la AAMNBA, en la avant premiere de La Patota, dura, conmovedora y muy actual remake de un clásico. Dolores Fonzi y Oscar Martínez, en un duelo actoral conmovedor y doloroso, ponen en escena un drama más cotidiano de lo que muchos piensan. Al margen, un informe claro y bien presentado da cuenta de la acción de la AAMNBA durante 2014. Año de logros y de nuevos desafíos para los Amigos del Bellas Artes, con un plan de acción que merece celebrarse. Para comenzar: el programa de adquisiciones sumó dos obras clave de los 90, Stradivarius, de Gumier Meier y Winco, de Marcelo Pombo. Y en arteBA gracias al matching funds una pintura del rosarino Anselmo Picoli. Con presupuesto propio mantienen alto el listón en la oferta de cursos y seminarios de formatos diversos. Los Amigos son un soporte real para  la mayor colección de arte universal de América del Sur. Julio César Crivelli, Josefina  Blaquier, Pela Herrero, Fiona White  y un activo equipo de colaboradores muestran cuál es el rumbo futuro de este socio multifacético de nuestro museo mayor que en breve tendrá abierto 900 by Mercedes Benz, una versión porteña y atractiva de la cadena internacional de bistrós con un sector que estará abierto 24 horas. El auditorio fue puesto en valor en los últimos dos años y conforma los estándares internacionales para una sala de cine, desde el sonido a las butacas. La alfombra fue resultado de un concurso  organizado por Nuria Kehayoglu (El Espartano) en colaboración con los Amigos del MNBA.

Sin comentarios

Buenos Aires, color piedra París

Impecable  conferencia de Fabio Grementieri sobre la arquitectura francesa en Buenos Aires y en la Argentina. Fue anoche en el salón comedor de la Embajada de Francia (arriba) inspirado en el gran salón del Palacio Real de Oslo. Resultó una grata oportunidad para revisitar la espléndida residencia, ex Palacio Ortiz Basualdo,  restaurada según los mejores estándares internacionales de la corriente del Beaux Arts, que tiene en Buenos Aires ejemplos notables. Iniciativa de  los Amigos del Museo de Arte Moderno, a beneficio del MAMBA, o el Moderno, según dice su directora Victoria Noorthoorn, la convocatoria reunió a conocedores y amigos de Francia. Jean Francois Guéganno, Rafaelito Oliveira César, Germán Carvajal, Mimi Bohm, Marion y León Eppinger, y los Santarelli en pleno saludaron a  los anfitriones, al embajador Jean-Michel Casá y a su mujer, encantadora veneciana e historiadora del arte.  Fabio Grementieri  profesor de la UNTDT y colaborador de LA NACION, es un especialista en temas de patrimonio, disntinguido por la Universidad de Notre Dame, Estados Unidos, y autor de libros de alta gama editados por Ediciones Larivière (Dudu von Thielmann, Jean Louis Larivière), un sello editorial especializado en libros de arte y de arquitectura que ha publicado volúmenes consagrados a las influencias alemana y francesa en el patrimonio  de Buenos Aires, entre muchos otros.  La disertación, titulada Del salón al boulevard, comenzó con el  Palacio de Correos (foto arriba) del francés  Norbert Maillart, hoy centro cultural Kirchner, y culminó con la casa racionalista que Victoria Ocampo encargó a Alejandro Bustillo en Barrio Parque (calle Rufino de Elizalde). Muchos piensan que fue obra de Le Corbusier. Error. El arquitecto suizo-francés estuvo en Buenos Aires y planteó proyectos de envergadura, pero no tuvo nada que ver con la blanca fachada que sorprende en tan parisino entorno. El proyecto de Bustillo seguramente estuvo “conversado” con su clienta que quería una “casa moderna”. En cuanto a la piedra París, como se llamó a ese acabado de las fachadas símil piedra, terminó siendo marca de identidad de la arquitectura porteña y uno de sus principales atractivos en tiempos de Turismo Receptivo. De esta tendencia y de  otros temas hablamos en el salón verde celadón coronado de molduras doradas, donde días antes habíamos compartido un grato almuerzo “de mar”, ofrecido por el embajador Casá a Nicholas Bourriaud, director de la Ecole de Beaux Arts de Paris, que voló a Buenos Aires para presentar su último libro Ex forma (Adriana Hidalgo). Herederos de la tradición neoclásica del Beaux  Arts fueron Lanus, Hary, Bustillo, Calvo, Jacobs, Giménez, Sánchez, Lagos, De la Torre, Acevedo, Becú, Moreno, Maillart, Le Monier, Pater y  muchos otros arquitectos que abrevaron en los principios rectores de formas y perspectivas  del Beaux Arts. Ejemplo cabal es la Nunciatura de Alvear y Montevideo. Fue primero de Fernández Anchorena y luego de Harilaos de Olmos, donada al Vaticano luego de la visita de Eugenio Pacelli para el Congreso Eucarístico. Pacelli sería elegido Papa, Pìo XII, y la señora de Harilaos nombrada Marquesa Pontificia.  La influencia francesa comenzó con Maillart, cuando cuando Ramón J. Cárcano le encargó a Tamburini (Casa Rosada) un edificio para el Correo y el arquitecto “presidencial” declinó el pedido por falta de tiempo. El encargo quedó entonces en manos de Norbert Maillart un francés de pura cepa, autor de los proyectos del Correo, el Palacio de justicia y el Colegio Nacional Buenos Aires.  Sensible y erudito, Grementieri remató su conferencia con la relación  entre arquitectura y literatura,  esa alianza que encontró en Victoria Ocampo un paradigma sin discusión. Solo queda recordar que el patrimopnio “piedra Paris” se formó entre 1880 y 1930, la bèlle époque argentina, 50 años de prosperidad económica y paz política (con sus bemoles), en los que nuestro país ocupó un lugar de privilegio en el concierto de las naciones. Altri tempi.

Sin comentarios

Un Manet de museo en Sotheby’s

Estará haciendo cuentas el jeque de Qatar para ver si compra Le bar del Folies- Bergère? Última pintura de Edouard Manet de calidad museo en manos privadas ya está en las gateras de Sotheb’ys y será subastado el 24 de junio en Londres, con un estimado de 23 millones de dólares. Una moneda si se píensa en los precios pagados por Picasso y Giacometti, pero habrá que ver que sucede a la hora del martillo. Los jeques y jequesas siguen interesados en formar la colección que no tienen y nos les tiembla el pulso en pagar los dólares que sí tienen.Es la primera versión del cuadro que con el mismo nombre integra la Courtaud Gallerry de Londres. Fue exhibido durante la muestra de Manet en la National Gallery,  que alcanzó las dimensiones de un auténtico blockbuster bajo el título Inventing impressionism: Paul Durand-Ruel and the modern art market.

Lástima en la muestra no estuvo La Ninfa soprendida, el Manet  de la colección del Nuestro Museo Nacional de Bellas Artes, que por razones obvias no sale del país en calidad de préstamo. No vaya a ser que no vuelva más… La Ninfa es uno de los pocos desnudos que pintó Manet y por lo tanto una de sus obras más preciadas, tiene todavía un rigor académico que el artista ha dejado atrás en el retrato de esta joven sentada en la barra del bar del Folies-Bergère. Las pinceladas son más gruesas, matéricas e impresionistas. Formó parte de la colección del pintor hasta su muerte y después estuvo en manos del marchand más famoso de Francia, Paul Durand-Ruel.. Se exhibió en Londres por primera vez en 1905.

Sin comentarios

Brooke y sus Calvin, imagen icónica

Fue una campaña de los ’80 que lanzó al estrellato de la moda a Brooke Shields y la hizo famosa con la foto de arriba (era una nena) y la famosa frase: “ Quieres saber lo que hay entre mis Calvin y yo… NADA” . Lo demás ha sido el tiempo y volver a verla para darse cuenta que a veces, pocas, una imagen logra trascender su época y convertirse en un ícono, liberada del mensaje que le dio origen. Hace años el MoMA de Nueva York  presentó una muestra provocativa en la que planteaba el fin de la dicotomía entre arte popular y arte culto, se llamó High & Low y fue un tremendo éxito. Las sopas Campbelll’s de Warhol pasaron sin escalas de la góndola del supermecado a las paredes del museo,como símbolo de la sociedad de consumo y del american way or life. Brooke, hija de un ejecutivo de Revlon, sobrina de un príncipe y nieta de un tenista, se casó con el campeón André Agassi y al poco tiempo se divorció. Solo por esta foto ella está en la bitácora visual de nuestro tiempo. Logró atrapar un instante para siempre Como Marilyn con su pollera soplada por el viento; Marlon Brando con la musculosa y la gorra  en la moto; Diana de Gales vestida por Versace fotografiada por Mario Testino o Claudia Schiffer consagrada como por su BB quality en la inolvidable campaña de Guess. Ocurre de vez en cuando que la moda y el arte cruzan los caminos para generar imágenes que nos acompañarán para siempre.

Sin comentarios

Subastas curadas, nueva tendencia

El fenómeno de los récords de Picasso y Giacometti marcados semanas atrás tiene mucho que ver con Loic Gouzer, un joven de 34 años que maneja el área de pintura moderna y de post guerra en Christie’s New York. Gouzer puso en marcha una nueva modalidad. Formar un catálogo  con obras seleccionadas por él mismo bajo el lema Forward the past. Un conjunto de grandes cuadros inspirados en capolavoros de la historia del arte, una suerte de dos en uno o si se quiere apelar a la nostalgia como valor de reaseguro del deseo. El PIcasso de los 180 millones está inspirado en una tela romántica de Eugene Delacroix de 1834. La composición es la misma (arriba) solo que el ojo moderno de Pablo Picasso aplica la receta cubista para un resultado atrapante. Pintó la tela en 1955. En 20 minutos se vendió a precio récord.

Giacometti con El hombre que apunta plantea otra revolución de la figuración atravesada por la estética dolorosa de Egon Schiele, según se ve en la acuarela de arriba. Schiele pintó los sentimientos, tuvo una vida trágica y murió joven. La figura humana vista desde el alma alcanza proporciones descarnadas y tiene otra dimensión. El suizo es hoy el escultor más caro de la historia Giacometti, cruzó la barrera de los 140 millones de dólares impulsado por aquella obra icónica El hombre que marcha que compró Lilly Safra años atrás. En ambos casos, Picasso y Giacometti plantean obras ancladas en el conocimiento del arte, pero liberadas de los mandatos canónicos, son prueba y ensayo, experimento y riesgo. Esa actitud transgresora y decidida al cambio resulta la razón de su valor. La innovación tiene cotización sin límites.

Sin comentarios

Picasso, el jeque y los petrodólares

La rematadora Christies’ no confirmó la identidad del comprador del Picasso récord. En un escueto informe enviado hoy a clientes y medios de prensa, voceros de  filial neoyorquina afirman que se trata de “especulaciones de los medios” y que no darán información al respecto. Sin embargo, tiene toda la lógica que sean los jeques de Qatar y sus mujeres los grandes compradores de arte, aunque el precio del barril de petróleo haya caído en picada. Hace más de 40 años que viene amasando fortunas gigantescas, han construído museos firmados por los mejores arquitectos del planeta y no tienen una colección propia para colgar adentro. En este caso el New York Post puso en el aire el nombre de Hamad bin Yasem ben Yaber Al Zani, primer ministro y ex Canciller de Qatar entre 2007 a 2011.Foto abajo.

Las grandes colecciones de los museos más importantes del mundo fueron, en su mayoría, donadas por mecenas y filántropos, y formadas cuando las obras de arte estaban disponibles. En algunos casos pertenecen a la familia reinante, el Museo del Prado exhibe la colección de los Borbones, mientras la National Gallery y la National Portrait tienen los tesoros de los Windsor. 

Hoy la escacez de piezas museables empina los precios hasta cotas que solo pueden pagar los megarricos del planeta y seguirá siendo así. El arte es un bien más preciado cada día y esto no tiene nada que ver con la inestabilidad  de las monedas, sino con el lugar que ocupa en el imaginario social, tiene todo que ver con su aura determinante de prestigio (en el caso de los particulares) y de posicionamiento como destino deseado (en los casos públicos como Bilbao). Les femmes d’Alger, subastado la semana última por Christies Nueva York en 179 millones de dólares es la señal más evidente de la avidez por las grandes piezas. En 11 minutos las ofertas fueron de 120 a 180 millones. Y no basta con una sola mano para que suba el precio.. se necesitan por los menos dos.

 

Sin comentarios

De Correo, a Centro Néstor Kirchner

 

En la última entrega de adnCultura publiqué esta nota sobre el futuro Centro Cultural Néstor Kirchner, cuya apertura tendrá como figura central a la francesa Sophie Calle, la mujer que hizo de sus sentimientos y relaciones personales la materia de una obra “intervenida” por otras voces. Próximo paso es saber quién dirigirá el Centro Cultural más importante del país, con la mayor inversión y el mayor costo de mantenimiento. Se mencionó el nombre de Liliana Piñeiro, que fue directora del CCR y está al frente del Centro del Bicentenario.

En el comienzo de esta historia está Roberto Lavagna en el Congreso de IDEA de Mar del Plata. Es la hora del cierre y en su discurso lanza una propuesta de cierta audacia para el ruedo de empresarios allí reunidos. ¿Por qué no transformar el Palacio de Correos en un centro cultural que celebre el Bicentenario?

No era la primera vez que ese edificio magnífico estaba en la mira de operadores culturales. Alguna vez se dijo, en época de Jorge Glusberg, que parte de las colecciones del Museo Nacional de Bellas Artes condenadas a los depósitos por falta de espacio podrían ser exhibidas en ese entorno palaciego. “El más lindo de Buenos Aires” para la corona británica, elegido tras una misión exploratoria del Foreign Office para la recepción de Diana de Gales durante su visita al país.

La propuesta de Lavagna tuvo eco inmediato. Se llamó a un concurso de ideas que quedó en agua de borrajas. Finalmente llegó el concurso “definitivo”, ganado por el estudio platense de Enrique y Federico Bares, Daniel Becker, Claudio Ferrari y Florencia Schnack. Estamos ahora en el umbral de la inauguración del espacio expositivo del Centro Cultural Néstor Kirchner con una muestra de la francesa Sophie Calle, dentro del programa de la Bienal de Performance que trajo a Buenos Aires a Marina Abramovic, la más fotografiada de las artistas itinerantes.

El estudio Bares ganó el concurso para refuncionalizar el Palacio de Correos y transformarlo en un centro cultural complejo, con una sala sinfónica empotrada en sus entrañas, lo que obligó a desguazar el edificio original sobre la avenida Corrientes. Se dio fin así a un ejemplo único de arquitectura mixta, palaciega y funcional, según las necesidades de la época y el destino para el que fue construido. Un palacio, por el acceso desde la calle Sarmiento, y una planta industrial para la clasificación y posterior reparto de correspondencia sobre la avenida Corrientes. Hace unos años. la planta industrial fue escenario de una edición de Estudio Abierto, organizada por el gobierno de la ciudad. Esos espacios inmensos de triple altura y perímetro libre eran ideales para exhibir arte contemporáneo; imposible no asociar esa generosa volumetría con los Arsenales venecianos, que proyectaron al siglo XXI con renovada vitalidad una Bienal de Artes Visuales fundada a fines del siglo XIX.

Fue a fines del XIX, casualmente, cuando Ramón J. Cárcano, futuro gobernador de Córdoba, como director de Correos y Telégrafos de la República, tuvo la visión de imaginar una sede para las comunicaciones en la ubicación estratégica del centro del poder político y financiero de la ciudad. El primer encargo lo recibió Francesco Tamburini, arquitecto presidencial. Pero el pedido no tuvo éxito y Cárcano estableció rápidamente contacto con Norbert Maillart, quien regresaba de trabajar en Chile y en Perú. El arquitecto francés tenía el perfil y las ambiciones para encarar una obra monumental. Diplomado en la Ecole de Beaux Arts, fragua de la mejor arquitectura porteña, había ganado el Second Prix de Rome… y estaba acá, en Buenos Aires. Sin problemas de presupuesto ni de tiempos, Maillart siguió el consejo de Cárcano y viajó por el mundo para conocer de cerca lo nuevo en la materia. Tendencias y técnicas aplicadas en los edificios de correos, junto con bancos y estaciones de ferrocarriles, territorio fecundo para el desarrollo de la arquitectura de la época. Maillart comenzó a trabajar en el proyecto,pero quedó trunco por la crisis de 1890.; regresó diez años después con un plan de otro calado que sería inaugurado en 1928, tras superar una serie de marchas y contramarchas, determinadas en gran medida por las condiciones del terreno ganado al río. Norbert Maillart firmó también los proyectos del Palacio de Justicia y del Colegio Nacional de Buenos Aires. 

El largo camino del Palacio de Correos,  una obra monumental, patrimonio de la Nación, enfrenta ahora un nuevo destino. El programa puesto en marcha tiene tres paquetes funcionales: la sala de música de cámara, la sala de música sinfónica y las salas de exhibición. Una estructura gigantesca con dos interrogantes imposibles de soslayar: ¿cuánto costó esta obra y cómo se va a mantener?

No hace falta recordar que vivimos en un país con presupuestos para cultura realmente magros; sin una ley nacional de mecenazgo que promueva la inversión privada y con una red de museos que necesita inversiones en mantenimiento edilicio, pero también en la ampliación de su acervo, que es la razón de ser de su existencia. Desde la puesta en marcha del proyecto inquietó a los especialistas la decisión de construir una sala sinfónica inmensa, teniendo en cuenta que Buenos Aires tiene en el Teatro Colón no sólo la piedra angular de su patrimonio sino también un coliseo mayor y una sala de acústica extraordinaria, reconocida internacionalmente entre las mejores del mundo. La Ballena Azul, considerada la gran apuesta del proyecto, alberga en su interior una platea baja, tres niveles tipo pullman y un órgano diseñado en Alemania. Comenzó la cuenta regresiva para conocer la verdadera dimensión del Centro Cultural Néstor Kirchner. Una obra faraónica, la mayor encarada por la administración de Cristina Fernández de  Kirchner, quien alguna vez se llamó a sí misma “arquitecta egipcia”..

 

 

 

Sin comentarios