Segunda generación de rematadores de arte, Juan Antonio Saráchaga conoce el timing de su público y aprovecha la fiesta del campo en la ciudad para poner la carne en el asador. Esto es una selección de platería colonial lindísima, Piezas de colección, ideales para new collectors bendecidos por la cosecha sojera. Muchos de ellos son habitués de la casa Saráchaga y no se pierden las subastas de carruajes que J.A. organiza todos los años en el comienzo de la temporada,en coincidencia con la muestra Nuestros caballos., en La Rural de Palermo.
El arte y el campo hacen buenas migas y sino basta dar una vuelta por el Museo Molina Campos en Areco, que con tanta categoría fundó Octavio Caraballo para mostrar la estirpe del artista que inmortalizò al gaucho y sus costumbres. Ese estilo caricaturesco fascinó por igual a la clientela de Alpargatas (su imagen estaba en los calendarios) y al mismísimo Walt Disney.
Saráchaga sale al ruedo en un momento sublime para el mercado de arte. Un vez más (les recuerdo que conozco el paño desde que saltó la banca en el 87 con la venta de Los Girasoles, de Van Gogh) el arte confirma su condicón de buena inversión, sin contar el placer de convivir con la belleza.
En la subasta habrá mates, estribos, jarros con punzón, faisanes y pájaros de alto vuelo. Más un conjunto de pinturas fuori di serie como la pareja de niños en una hamaca de Carlos Alonso (ver foto), un cuadro del mendocino cargado de ternura, con mucho de su propia historia familiar en la cara de esa niña que sonríe desde el fondo del tiempo y del alma.