
Blogeros, amigos gente de la tribu, como regalo de Navidad va un post dedicado a Balthus. Lo mejor que me pasó en el año fue encontrarme en las montañas suizas con la obra del genial pintor de la ambigüedad, elegancia e interiores magistrales. Nacido en Rola, Polonia, como Balthasar Klossowski, en 1908, se radicó en París donde ganó notoriedad por su manera de capturar escenas íntimas, en general de jovenes Lolitas. Hijo de un pintor polaco sin mucho suceso, Balthus fue adoptado y protegido por Derain y Bonnard, que vieron en el guapo emigrado el aura del artista sensible. Fue Director de la Academia de Francia, en Roma.



















Su cara es la imagen de su obra, Orlane, fotografiada con mi nueva Nikon Coolpix en la Fiac de París, es el colmo de la autorreferencia. Su obra son las intervenciones, operaciones y transformaciones de su propio cuerpo al que “trabaja” como un soporte. Lejos de molestarle que la fotografíen ella circula para existir en el registro de los otros
A la izquierda, Orlane en el Grand Palais para la apertura de la Fiac, minutos antes de que fuera entregado en Prix Duchamp. Observen el pelo bicolor que ha extendido su influencia a la cabellera de su acompañante. El ejercicio plástico ( y la expresión no es casual) de la artista es una militancia que tiene su cuota fashion, su pasión de celebrity.
