Tal como comenté en el último post, los jardines verticales no solo son la última tendencia en decoración, son un hallazgo de la eco arquitectura que primero patentó el francés Patrick Blanc (Museo Quai Branly, arriba) y ahora tiene muchos seguidores. Leo ayer en el The New York Times, que en México DF, ciudad hiperpolucionada si las hay, han comenzado a proliferar los jardines verticales, como una manera de “limpiar el aire con una frondosa pared de árboles”. También bajan la temperatura ambiente. Imagino que otro hubiera sido el perfil de Puerto Madero , por ejemplo, si entre tanto cemento y arquitectura que parece de utilería se hubieran experimentado nuevas formas ecológicas de buena arquitectura. No todos los días existe la posibilidad de construir un barrio de la nada en 170 hectáreas, a metros de la zona más central de la ciudad. La revelación, la primera visión de esta maravilla, fue para mí el jardín de Caixa-Forum,(aarriba), en el Paseo del Prado, en Madrid, también de Patrick Blanc. Miami ha incorporado la frescura verde y saludable en Juvia, un restó super trendy, ( que conocí gracias a Ignacio Urretz Zavalía, el mejor cicerone de Miami) y siguen las obras del mexicano Fernando Ortiz Monasterio, de 30 años, que cambió el ecosistema del DF. Cito al Times: el proyecto VerMX actúa como una escultura y un oxigenador. Perfectamente, ¿por qué no? , podríamos iniciar en Buenos Aires una corriente que recuperara el verde y el aire para hacer más linda y más sana la ciudad con jardines verticales. (mis placas con Canon Pocket y Nikon Coolpix)