Dónde lo hacemos

 

  

– Nooo… ¡mirá si es un psico killer! – saltó Florencia cuando le pregunté si iban a su casa o la de él. Mi amiga acaba de conocer un chico en un bar de Palermo Viejo donde hay que ir a los jueves para encontrar  gente suelta y tratar de conseguir algún touch and go más o menos decente. El usa anteojos redondos de marco verde, mochila, pantalones caqui, zapatillas Gola, no debe tener más de 37, es diseñador gráfico (como ella) y además es amigo de un amigo. Es decir, cuesta ver al asesino que imagina Florencia. 

Pero la ciudad está violenta y debajo de una piel de corderito puede esconderse un lobo sangriento. Cualquier single más o menos precavida lo piensa dos veces y toma algún recaudo antes de decidir a donde concretar con el desconocido, cosa que no le pasa a ellos, salvo que se acuesten con una viuda negra. Sin auto, las distancias son fatales: el taxi cuesta una fortuna, más si él vive en Saavedra y ella en Charcas y Azcuénaga. Pero suelo escuchar argumentos más extravagantes para evitar la cama propia, y la del ignoto, al menos la primera vez: “¿Y si llego a la casa y tiene como centro de mesa un potus en maceta de plástico?, ¿o un juego de living de caña de bambú? Noooo… prefiero ni ver cómo vive. No hay nada más deserotizante que un tipo con mal gusto” (Merchu).

Otras, más que a un loquito, le temen al violador de heladeras: “la última vez que llevé a alguien la pasé bárbaro, pero cuando me descuidé un segundo el tipo fue hasta la heladera y se abrió una cerveza. Me puse loca, ¿quién te dió confianza a vos para tocar mis cosas?” (Maga).

Flor terminó en un albergue transitorio muy venido a menos sobre av Juan B. Justo. ¡Y entraron caminando!. “Y quévaser, la urgencia era grande”, dijo al dia siguiente cuando la llamamanos al celu para chusmear que onda el levante. La situación me recordó una frase de ésas que llegan en cadena de mails con spam, y que le atribuyen a Billy Crystal, y que debe ser mentira, pero está buena: “las mujeres necesitan una razón para tener sexo, los hombres solo necesitan un lugar”.  Craso error. Debería decir: “las mujeres y los hombres solo necesitan un lugar para tener sexo, porque para ambos la urgencia por tenerlo es una razón igualmente poderosa”.