La fantasía del argentino es hacer un trío

Me han ofrecido hacer un trío. Alguien me recordó que yo misma lo había mencionado entre las máximas eróticas para 2016, y bueno, llegó la primera invitación del año!

Claro, que me encantaría participar de un lindo menage a trois…. pero si algo tengo claro es que eso nunca sucedería con otra chica sino que, como a la mayoría de las mujeres, de ser un sueño, el sueño sería compartir la velada con dos espléndidos efebos, pues, para pedir… pidamos todo! Pero lamentablemente a la mayoría de los hombres no les gusta ese tipo de competencia. En fin, a veces la gente me sobreestima por el simple hecho de escribir sobre sexo, como si eso significase que me va todo, desde el bondage japonés hasta la pose del ornitorrinco, así es que cuando digo que no siento curiosidad por esa clase de acompañamiento femenino, sobreviene la decepción. Por supuesto siempre es un halago que alguien quiera incluirte en sus programas de esparcimiento. Yo al menos lo tomo así.  

 fantasear, como soñar, no cuesta nada...Herb Ritts

El party es la gran fantasía erótica de la raza humana, sino la más recurrente.  Recuerdo haber leído que según un informe elaborado en mayo de 2015 por la agencia de marketing Becom1 sobre las preferencias de los argentinos a la hora de pensar en el sexo y el erotismo, tomando por datos 675.000 menciones en blogs, Twitter y Facebook, el trío fue la palabra más mencionada del diccionario popular. Tanto hombres como mujeres de estas pampas comparten la curiosidad por incluir a un tercero en su cama (el 27% de ellas y el 47% de ellos). También se supo que el voyeurismo (mirar como lo hacen los demás) es la segunda fantasía del 22% de las mujeres, mientras que al 25% de los hombres habla de los disfraces.

Oh sorpresa, al 19% de ellas le gustaría acostarse con una mujer, y otro dato revelador es que los hombres jóvenes fantasean muy seguido con las maduras, al menos el 68% tendrían sexo con ellas, pero solo el 14% de las chicas elegirían a un señor mayor para concretarlas. Pero, como estiman muchos otros ensayos y sondeos, ilusiones como éstas son el combustible de las relaciones que tenemos cuando podemos: cerca del 70% de los argentinos confesó tener sexo “una vez por semana seguro”. 

Sin comentarios

El cigarrillo ya no es sexy

Cuando era chica no veía la hora de ser adulta para empezar a fumar. Estaba fascinada por el sex appel que desprendía el rubio de Camel cada vez que bajaba del jeep y se prendía un puchito; más me gustaban las publicidades de los inoxidables Nono Pugliese y Claudia Sánchez, ella siempre espléndida, echando el humo con estudiado desgano por la rendija de sus dientes de conejo.

Fumé como un ekeko durante los años de facultad, pero esa absurda percepción del glamour del vicio se me fue el día que un chico me dijo que olía mal. De eso no te das cuenta hasta que alguien te lo dice. Inconscientemente muchas personas ven en el cigarrillo un accesorio de la seducción, algo que subraya la masculinidad en un hombre y aporta un halo erótico a la mujer que pita con gesto de suficiencia, o rebeldía.

americanshaft

veryspecialporn, americanshaft via big fun

Hace unos días se celebró en Santiago de Compostela, España, el XI Congreso Español de Sexología organizado por la Federación Española de Sociedades de Sexología, y una de las ponencias anunció que el acto de fumar, amén de provocar cáncer y otras desgracias, también causa gravísimos problemas a la hora de la seducción. “El tabaco ya no es sexy”, agregó una sexóloga, ante una audiencia que seguramente no veía la hora de salir a prenderse un cigarro.
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Sexo en vivo en la era del 2.0

Me gusta espiar. En mi biblioteca tengo una mini colección de largavistas, uno más poderoso que otro. Dos eran de mi papá, otros son herencia de un ex que compartía la afición de mirar la vida con lente de aumento. Con esos ojos “biónicos” paso horas mirando la luna surfear entre los edificios del barrio, también alcanzo a ver un pedacito del Río de la Plata y sus barcos que, si los enfoco bien, de tan cerca es como si zarparan de mi nariz.

…y, obvio, miro a mis vecinos, a quienes conozco, incluso, desnudos. Ya dije, tengo el ojo de Jamie Sommers (¿se llamaba así?).

moderndaypocahontaz

solo se ve una parte , moderndaypocahontaz via Lavitaebella

En un rincón de la terraza de la esquina llora un labrador abandonado por su dueño, un tipo que siempre anda enpilchado de negro. Más acá hay un conventillo donde una nena come tierra de las mecetas y, acá pegadito a la ventana, sobre la membrana plateada del techo de la panadería, tengo a un chongo que toma sol y escucha cumbia a todo lo que da.

En verano sube a la terraza en “boxer”, pero se lo enrolla tanto para tostarse sin marcas, que parece conchero de vedette. Lástima que me deserotizan la cumbia y el bronceado zanahoria. En cambio son muy poéticos…

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El sexo del baile

En otra vida debo haber sido odalisca o vedette, porque no imaginan cuánto me gusta bailar. Lástima que para la danza tengo menos gracia que un perro con tutú. Mis padres me desalentaron toda vocación artística viendo que en los actos escolares, cuando me tocaba bailar El Gato, era incapaz de coordinar música y movimiento. Mis compañeritos iban para un lado, y yo automáticamente para el otro. Mi madre insitía en que yo tenía problemas espaciales. En fin. Como Elaine, el personaje de la serie Seinfield (y así me decía mi ex) el baile se me da mal.

Con en el tango me desquité. No es que me sale divino, pero me defiendo con dignidá. Quizá porque es una danza que parte del abrazo, y el resto es técnica y comunicación. Es poderoso. Nadie imagina lo que sucede entre una pareja cuando baila con los ojos cerrados, tejiendo pasos con las piernas. Dicen que el tango es un sentimiento que se baila, y un acto sexual figurado.

En Villa Crespo les hice este videíto (abajo) para que se den una idea de lo que digo.

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Una mujer a tu medida

Las rupturas deberían servir para “ajustar” nuestras expectativas, intento explicarle a Luis (tengo dos amigos Luis). Al Luis al que me refiero ahora está pasando por un momento triste: la novia lo eyectó de su vida y de su casa, donde mi pequeño gigante ya había plantado bandera (su cepillo de dientes en el vasito del baño).

fallen

Toby Burrows via ponyxpress

Noches atrás lo llevé a cenar a un restaurante de mi barrio para que ahogara su pena en las costillitas de cerdo con puré y ensalada mixta, que tanto le gustan. Yo, que lo adoro y no quiero verlo sufrir, le cedí mi oreja, que para los amigos es siempre desinteresada e incondicional. El pobre pudo verbalizar la angustia después de liquidarse la panera. No entiende que pasó. Casi un año de amor entusiasta y, de un día para el otro, sin dar explicación, ella desapareció. Se la tragó la tierra.

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El erotismo japonés según Picasso

“Es lo mismo” respondió Picasso cuando un periodista francés le preguntó si había relación entre el arte y el sexo. Pregunta tonta, creo yo, para un sexópata ilustre. Basta revisar un catálogo o visitar su museo en Barcelona (o acá mismo, en el Bellas Artes, tenemos un ejemplo que lo representa) para apreciar que toda la obra del pintor malagueño rezuma deseo, pasión y lujuria. Lo que pocos sabían es que muchos de los dibujos y grabados de su producción están inspirados en el arte erótico japonés, que no eran ningunos nenes de pecho a la hora de pintar escenas de sexo explícito. Mucho más jugados y carnales que los occidentales.

En su colección privada Picasso atesoró 61 estampas de la época Edo (1603-1867), especialmente las de tema erótico (shunga). Las imágenes son una delicatessen que encienden la cabeza con solo mirarlas una vez. Ahora 19 de ellas se exhiben en el Museo Picasso bajo el rótulo catalán Imatges secretes. Picasso i l’estampa eròtica japonesa, y Junto con dibujos del artista que evidencian su fijación con los genitales… Seguir leyendo

Arte, sexo y solidaridad: un combo raro, pero efectivo

¿Qué tienen en común la palidez de la dama retratada por Courbet (cuyas lolas en punta todos los cirujanos plásticos del mundo intentan imitar, con más o menos suerte) y la belleza hambreada de la modelo británica Kate Moss? Nada, y todo a la vez: ambas son parte de la constelación de mitos y personajes que de alguna maneran encarnan la visión del erotismo que tenemos todos los mortales, nos gusten o no dichas representaciones. Cuando pensamos en lo prohibido o en el pecado, por ejemplo, enseguida nos viene a la mente la figura de una Eva con la serpiente y su manzana, del mismo modo que si hablamos de perversión algunos visualizan el látigo y otros adminículos del sadomaso.

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“¿Querés subir?”

A María A. le presentaron un chico que ya por teléfono le resultó un encanto. Salieron, y efectivamente el príncipe no destiñó en toda la noche, lo que no es poco a esta altura de la soirée, dar con alguien que de entrada te guste. Después de una velada muy animada en un restaurán de Palermo Viejo, entre riñoncitos al vino blanco y música estimulante, él la acercó en auto hasta su casa. Había señales de que el hechizo era mutuo.

A pocas cuadras de llegar, ella abrió la cartera para sacar las llaves…y él empezó a bostezar. Uff, no le gusté, fue lo primero que pensó. Pero, no.

La volvió a llamar.

Disculpá el desorden… ¿querés un cafecito?

A la segunda salida la reciprocidad era tan obvia que más tarde, ya en la puerta del edificio, como él seguía dándole charla y estaba fresco, la enlujuriada de mi amiga lo invitó a subir. Subieron. Arriba (controlando sus demonios) le mostró el departamento, encendió la cafetera, y mientras buscaba un cidí de Coltrane para poner el clima él se despachó con un “muy linda tu casa, pero disculpame, ya es tarde”.

-¿Para qué aceptó? se pregunta, desflorando todo tipo de teorías

Y, le digo yo, ¿desde cuándo “querés subir” es sinónimo de “vamos a tener sexo”?

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Todo por un sueño

La noticia me cae al dedo para apuntalar el post de la semana pasada, en el que les conté sobre un estudio que indica que los hombres son más propensos a tener sexo solo por interés material, y a admitirlo después. Esta vez el ejemplo viene del gran Al Pacino.

Que él, como el resto del género, haya vendido su cuerpo para alcanzar un sueño no me parece asunto condenable ni opinable, pero sí lo es que se arrepienta de ello… ¡y encima que lo ventile en los medios!. Digo, si la dama en cuestión está mirando la tele, por más que no revele su nombre, ¿cómo se sentirá luego de semejante confesión? Pero en la vida todo lo que va, vuelve. Se paga, valga la redundancia. Al Pacino ya no es aquel efebo soñador sino un señor septuagenario que en lugar de elegir la compañia de una mujer de su edad hoy frecuenta jovencitas…exactamente como lo hiciera aquella señora “mayor” que a cambio de un poco de amor le dio comida y colchón.

Christophe Kunter via www.sexinart.net

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Cómo bailar en el caño sin romperte el cuello

Lo que la naturaleza no te da, en un curso se aprende. Quienes desconfíen de sus habilidades naturales para besar o desabrocharse la camiseta a lo Kim Bassinger en 9 semanas y media; para aquellos que van al albergue transitorio y encuentran que la habitación tiene un caño – pero apenas pueden treparse a un banquito y hacer la postura del ornitorrinco-, sepan que en Buenos Aires han florecido academias y escuelas donde imparten técnicas para despabilar u orientar ese “yo erótico” que todos llevamos dentro.

Mi amiga Marilú, por ejemplo, toma clases de estriptís. Ya sabe bailar en el caño. Hasta fue a Cabildo a comprarse un traje de Gatúbela de cuerina charolada, medio berreta (se le descosió) y hace poco consiguió en Páginas Amarillas una empresa que coloca el caño a domicilio, por lo que puso en venta la bicicleta fija. Todo en el dormitorio no entra.

Hay que ampliar el repertorio sexual, querida

K. flight via ponyxpress

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