Consejos útiles para practicar sexo en el agua

En los días fogosos no se me ocurre otra cosa que recordar las rosadas playas de Bahamas y fantasear con una piscina de aguas prístinas y frescas, llena de efebos estilo Vogue nadando de aquí para allá… y yo a cococho del más morocho. Sin dudas el calor (causa delirios, ya ven) liquida todo tipo de pulsión erótica, pues por mucho efebo y hapnn que se practique al final termina imponiéndose la quietud, a lo sumo, el autoplacer. Tampoco es cuestión de acabar deshidratados por algo que se evapora tan pronto como llega….

No quiero pincharles el globo pero hablando de los fluidos y la actividad física estival, por estos días sobran las recomendaciones dirigidas a quienes se exponen al sol, y a las que yo agregaría algunos consejos por si el plan incluye sexo en escenarios como la pileta, la playa y cualquier otro medio líquido, pues no me canso de repetir (advertir) cada verano que el agua es el peor lubricante de todos, e incluso barre con los lubricantes naturales de las regiones erógenas. Revolcarse en la playa supone pegarse arena en los genitales, cuya piel delicada puede lastimarse a la menor fricción, además de que el agua salada no es saludable para los órganos femeninos, así que mejor será tirar una toalla o buscar el pastito (con repelente puesto). En el caso de la pileta, el cloro irrita y cuando le echan mucho favorece la aparición de hongos, de modo que la alternativa menos urticante será el sexo oral al borde o bien usar lubricantes de silicona que, al no ser solubles en agua, resisten un poco más.

probemos con otro deporte? jayalvarrez

Lo más importante en cualquier caso es el uso del preservativo, inevitable, pero que en el agua se desliza y puede romperse por el exceso de fricción causada por la falta de lubricación, por lo que habrán de colocarlo y sacarlo fuera del medio líquido (y tratando de que no te vean). Lo que no se sabe aún es qué efectos químicos provoca en el látex el contacto con altas dosis de hipoclorito y de sal marina, la verdad sea dicha.

En fin, son muy estimulantes y contagiosas las postales de la gente queriéndose en el agua, pero son solo postales, una ficción como muchas que nos pintan para darle intensidad y esplendor a algo que en rigor puede resultar insalubre. En el liquido se reproducen infinidad de bacterias, sea el mar, rio, estanque, lago etc, algunos las toleran y a otros trae infecciones. Si la idea es probar algo nuevo de todos modos, diría que empiecen por la ducha. Es la posibilidad más segura, siempre que haya alguna manija para sostenerse y alfombrita antideslizante para evitar “caer” en la página de los policiales.

 

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Los múltiples beneficios del autoplacer

No recuerdo si ya lo he mencionado acá, pero vale volver siempre sobre el onanismo porque es una práctica democrática y saludable que todos deberíamos ejecutar a diario dentro de nuestros hábitos de higiene (mental, emocional y físico) que cualquier ser pedestre merece. Además, la masturbación tiene incontables beneficios para la salud, dicen los estudios científicos que rescata la revista en inglés MUY INTERESANTE en un artículo reciente.

La palabra deriva del latín manus turbare – algo así como turbarse o violentarse con la mano – y por mucho que algunos todavía se abochornen al pronunciarla – según las estadísticas el 95% de los hombres de este planeta se autoestimula, junto con el 89% de las mujeres. Prácticamente la mitad de ellos lo hace todos los días.

Qué bueno, las chicas lo confiesan. Gracias a la “reinvidicación” del sex shop es que la masturbación se ve casi como un juego (y lo es) tan es así que el 53% de las mujeres hoy usa algún tipo de electrodoméstico a pila o vibrador (el 17% de los hombres, también). Según la ciencia, aunque hayamos abonado la teoría contraria, tener sexo regularmente hace que querramos autocomplacernos más seguido: se masturban con más frecuencia quienes se vinculan sexualmente más seguido que los que tienen encuentros cada tanto. En los hombres se da así porque cuando tienen relaciones les sube la testosterona, en consecuencia, les sube el apetito.

-Y tiene más ventajas, todavía: la ciencia considera que ese orgasmo obtenido en soledad es mucho más rendidor que el que conseguimos (cuando lo conseguimos) en compañía. Fundamentalmente (y nada más cierto) en el caso de las mujeres, pues cuando es así, de motus propio, el resultado se obtiene en apenas 4 minutos como máximo, mientras que al compartir la tarea dar con èl toma entre 15 y 20 minutos.

-El beneficio para los hombres es inmediato: la liberación de hormonas que sucede tras la eyaculación y la consabida relajación posterior, además de mejorar el ánimo, previene patologías como la diabetes tipo 2. En concreto, la sobredosis de cortisol refuerza el sistema inmunológico y la de endorfinas en el torrente sanguíneo, reduciendo la posiblidad de deprimirse.

-El autoerotismo calma el dolor menstrual: las molestias se van cuando cuando la mujer se masturba antes y después del periodo, dicen.

-Entre otras de las ventajas: los hombres que practican más de cinco veces a la semana entre los 20 y los 50 años tienen menos posibilidades de desarrollar un cáncer, dice un trabajo del Cancer Epidemiology Centre de Melbourne, Australia.

– A las mujeres les ayuda a mantener sano el cuello uterino y a los hombres a fortalecer la musculatura, previniendo así la incontinencia y la disfunción eréctil, lo quel se obtiene también mediante las erecciones matinales

Y va una perlita, para que vean que no somos los únicos seres onanistas del planeta: los delfines se masturban desde la infancia (¿cómo?)y las ardillas terrestres de El Cabo lo hacen poco después de copular, para reducir el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, según un estudio publicado en la revista PLoS ONE

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