El calor y la fantasia del sexo en el agua

No estaba yo tan preocupada por el cambio climático y sus efectos sobre el planeta hasta los dos últimos veranos, cuando en estas regiones padecimos temperaturas infernales, literalmente. En Buenos Aires entramos en alerta naranja por primera vez en años, lo que se percibe desalentador para los planes eróticos de aquellos individuos sexualmente activos, pese a que la ciencia insiste que esta época nos predispone biológicamente, querramos o no.

La influencia de la luz solar incrementa los niveles de testosterona y de estrógenos, también aumenta la producción de serotonina, el neurotransmisor vinculado al placer y la excitación (ver post anteriores). “En verano el calor suele propiciar los encuentros sexuales debido a que producimos más oxitocina y endorfinas relacionadas con el deseo sexual, haciendo que aumente el deseo, aunque éste puede variar a lo largo de nuestra vida y estar influido por otros factores, que no son los climatológicos. Es decir, el calor no es una causa directa de los niveles de deseo” apuntan los sexólogos.

eviten pisar el jabón 

Cuestión es que las hormonas revolucionadas reavivan la fantasía más común de la temporada estival, la del sexo en el agua, el peor lubricante de todospor eso mismo es momento de reciclar esos lugares comunes y darle cabida a espacios y fetiches nuevos.

Ejemplo, si están de vacaciones en la montaña o el campo siempre habrá un rincón oscuro entre los árboles donde tender la manta y hacer pic nic, o si están en la ciudad las baldosas frescas de la cocina, y el balcón cuando corre la brisa nocturna son escenarios perfectos para la horizontalidad (o verticalidad). El hielo suele ser un gran juguete, como los helados y otros alimentos frescos. Y eso sí, tratándose de un ejercicio aeróbico antes hay que hidratarse bien y también cuidarse de no patinar o caer justo sobre un hormiguero. Si la fantasia del agua es mas fuerte, la ducha parece ser el menos peor de los escenarios, aunque el látex del profiláctico se deteriora con el cloro.

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No tomar suficiente agua afecta al deseo sexual

Por estos días la ciudad es, literalmente, un caldo. El sopor del asfalto y los olores pestilentes de los tachos de basura hacen irrespirable la atmósfera urbana, y peor, la gente en diciembre anda más irascible y estresada que nunca. Y cómo no estarlo. De día andamos pateándonos los párpados porque de noche es imposible pegar un ojo. Así es el verano en Buenos Aires.

Volviendo de yoga días atrás, en la parada del colectivo una parejita joven franeleándose al rayo partido del sol me contagio el calor y, abanico en mano, cual tía del barrio, me refugié a la sombra de un pobre ficus falto de riego. A menos que vivas presurizado en una casa con el acondicionado a tope, el sexo y el amor en verano tiene sus condicionantes, aunque todos digan que en tiempos estivales hay más relaciones porque nos tientan los cuerpos desabrigados. No. Si vas a compartir la almohada con alguien y a ese alguien le molesta el aire porque se congela, ese alguien se muda al sofá o vuelve a su casa, y el sexo queda para otro día. Y si uno es de sudar hay que tomar ciertos recaudos, como poner sábanas de algodón e hidratarse mucho, sobre todo lo último, porque lo que más afecta a la baja del deseo sexual es la deshidrataciónHete aquí que el agua es un activador potente de la libido, según los especialistas.

El estar bien regados no solo beneficia a la hora del ejercicio amatorio, sino que el líquido mejora la forma en que se perciben las sensaciones eróticas, pues la correcta secreción de hormonas como la testosterona también depende del suficiente oxígeno y agua que haya en el cuerpo, dicen los médicos. La carencia afecta directamente al funcionamiento de las neuronas, provoca resequedad en la boca y falta de humedad en las zonas erógenas, dificultando el contacto entre ellas.

estamos hechos de liquido, como el amor sunshine

Si un dia de temperaturas intensas surge el encuentro y uno se siente medio débil, la peor idea de todas será tomar líquidos congelados o muy fríos porque el cuerpo deberá trabajar el doble para recuperar la temperatura interna que le permite funcionar correctamente, es decir, los 37 grados. Si bebemos una gran cantidad de agua muy fría o de cualquier otro líquido, enseguida sentiremos más calor. Desde ya la cervecita helada y el vino tinto, tan bueno para las arterias, en tiempos tórridos no son recomendables ya que al ser una sustancia excitante que dilatan los vasos sanguineos de la piel, el alcohol puede generar un golpe de calor.

Peor es ducharse o sumergirse en la bañera con agua helada. El choque de la temperatura corporal con la del agua produce una sensación instantánea de frío que reactiva el organismo y hará que enseguida vuelva la sensación del calor, amén de que puede provocar un sincope cardiaco. Lo ideal es tomar un baño con agua templada, empezado por mojar los pies.

Los especialistas sugieren tomar por día entre 1,5 y 2 litros de agua, lo que equivale a 8 vasos, esto sin contar con el agua que ingerimos a través de las frutas y otros alimentos. El cuerpo aloja más del 60% de agua y basta con perder el 1,5% para que afecte el estado de ánimo y baje la energía.

Entonces, a hidratarse, que este veranito porteño viene hot.

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Consejos útiles para practicar sexo en el agua

En los días fogosos no se me ocurre otra cosa que recordar las rosadas playas de Bahamas y fantasear con una piscina de aguas prístinas y frescas, llena de efebos estilo Vogue nadando de aquí para allá… y yo a cococho del más morocho. Sin dudas el calor (causa delirios, ya ven) liquida todo tipo de pulsión erótica, pues por mucho efebo y hapnn que se practique al final termina imponiéndose la quietud, a lo sumo, el autoplacer. Tampoco es cuestión de acabar deshidratados por algo que se evapora tan pronto como llega….

No quiero pincharles el globo pero hablando de los fluidos y la actividad física estival, por estos días sobran las recomendaciones dirigidas a quienes se exponen al sol, y a las que yo agregaría algunos consejos por si el plan incluye sexo en escenarios como la pileta, la playa y cualquier otro medio líquido, pues no me canso de repetir (advertir) cada verano que el agua es el peor lubricante de todos, e incluso barre con los lubricantes naturales de las regiones erógenas. Revolcarse en la playa supone pegarse arena en los genitales, cuya piel delicada puede lastimarse a la menor fricción, además de que el agua salada no es saludable para los órganos femeninos, así que mejor será tirar una toalla o buscar el pastito (con repelente puesto). En el caso de la pileta, el cloro irrita y cuando le echan mucho favorece la aparición de hongos, de modo que la alternativa menos urticante será el sexo oral al borde o bien usar lubricantes de silicona que, al no ser solubles en agua, resisten un poco más.

probemos con otro deporte? jayalvarrez

Lo más importante en cualquier caso es el uso del preservativo, inevitable, pero que en el agua se desliza y puede romperse por el exceso de fricción causada por la falta de lubricación, por lo que habrán de colocarlo y sacarlo fuera del medio líquido (y tratando de que no te vean). Lo que no se sabe aún es qué efectos químicos provoca en el látex el contacto con altas dosis de hipoclorito y de sal marina, la verdad sea dicha.

En fin, son muy estimulantes y contagiosas las postales de la gente queriéndose en el agua, pero son solo postales, una ficción como muchas que nos pintan para darle intensidad y esplendor a algo que en rigor puede resultar insalubre. En el liquido se reproducen infinidad de bacterias, sea el mar, rio, estanque, lago etc, algunos las toleran y a otros trae infecciones. Si la idea es probar algo nuevo de todos modos, diría que empiecen por la ducha. Es la posibilidad más segura, siempre que haya alguna manija para sostenerse y alfombrita antideslizante para evitar “caer” en la página de los policiales.

 

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