Las cinco desventajas del viagra femenino

 

Así como al comienzo de su historia el Sildenafil y otras dogas se cobraron unas cuantas vidas (recuerden aquellas tristes noticias sobre señores que quedaban tiesos del todo en las camas de los albergues transitorios, y en otras tantas situaciones del tipo) la pastilla rosa o viagra femenino recientemente aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), por ahora parece presentar más riesgos que beneficios. El punto es que no es con una droga que te vuelven las ganas, al menos no en el caso de las mujeres, que tenemos una sexualidad bastante más compleja. El Addyi – su nombre comercial, flibanserin, la droga – está en el foco de la polémica y si mal no recuerdo un panel del mismo organismo la había puesto en duda meses atrás, dándole apenas una aprobación parcial.

Y no es para menos, ya que en nada se parece a la milagrosa pastilla azul que facilita la erección masculina. Un portal sobre medicina y sexualidad encontré estas cinco desventajas que deberíamos considerar las chicas antes de consumirla, en el caso de que acá se venda o bien la compren afuera. Creo que antes de esa instancia, habría que esforzarse por recuperar el apetito aplicando algunos recursos domésticos, ejemplo, cambiar la dieta, ir a terapia o consultar un médico y un sexólogo, hacer yoga, bajarse Tinder, practicar el onanismo más seguido, mirar porno y, en el caso de las solteras….¡cambiar de amante!

un poco imaginación y más onanismo ladamanera via lovely

-No sirve para el sexo casual. No es como la azul que se ingiere un rato antes del sexo y… pum, ves los resultados. La rosada se debe tomar todos los días y, peor, hay que esperar un tiempo hasta ver el efecto, pues originalmente es un antidepresivo y como tal concentra su acción en el cerebro. Es decir que mientras el viagra masculino actúa a nivel físico, ésta trabaja sobre la libido, algo tan insondable como el cerebro mismo.

Tiene efectos secundarios Como cualquier tratamiento en los ensayos de laboratorio se comprobaron algunos efectos adversos, entre los más leves, náuseas, trastornos del sueño o mareos, pero podría complicarse al mezclar con alcohol u otros fármacos como los anticonceptivos hormonales. “Existen muchos interrogantes en el terreno del deseo sexual femenino y no se sabe aún qué es lo que desencadena el trastorno de deseo sexual hipoactivo biológicamente. Por este motivo, es muy arriesgado plantear un tratamiento mediante pastillas. Es jugárselo todo a una carta”, alerta la sexóloga española Felipa Gea López en un articulo del diario El Mundo.

Hay que contar con el factor psicológico Según afirma la experta,”la diferencia encontrada entre el grupo de mujeres a las que se les suministraron pastillas de placebo (sin contenido alguno del fármaco) y el grupo que seguía el tratamiento, fue mínima. “La diferencia se resume en que el segundo grupo tenía una relación sexual más al mes, lo cual deja en el aire el papel de la sugestión en este tema.”

Quizá ni así se solucione el problema “La falta de libido, explica la experta, es un problema más psicológico que físico, y por esa razón, al desconocerse la causa exacta del origen de la pérdida de apetito sexual, tampoco puede asegurarse que con un tratamiento concreto vaya a recuperarse. A veces, la respuesta está en factores más sencillos, como, por ejemplo, la educación y el autoconocimiento sexual, así como el destierro de mitos creencias erróneamente implantadas”. Sobre esto, Gea López opina que hay que entender el deseo sexual como algo vivo, que es necesario experimentar para conseguir disfrutarlo plenamente. “Creemos que el deseo sexual debe aparecer antes de tener relaciones sexuales, pero no. Sobre todo en el caso de las mujeres, es como ir al gimnasio. Debes empezar a ir para poder generar el deseo de volver”, reconoce.