El actor porno Rocco Siffreddi, desnudo en la tapa de Le Monde

 

Estoy encantada con la revista dominical del diario Le Monde, que ha dedicado uno de los últimos números especiales a explorar con (brutal) honestidad las razones por las que el sexo es hoy un elemento excluyente dentro de la cultura popular contemporánea. Así es, admitámoslo. Hace rato que el tema se ha colado en todo lo que rodea nuestra vida cotidiana, no solo en la cama.

Cuestión es que la osadía de los editores causó furia entre los lectores del diario más gravitante de Francia, no tanto por la elección del tema sino porque las imágenes que ilustran el articulo principal muestran sin filtro la magna naturaleza de Rocco Siffreddi, les recuerdo, el actor porno más destacado de la historia del cine XXX y dotado de una herramienta de trabajo de proporciones monumentales, como describen las crónicas. A la mayoría de los lectores se le atragantó la baguette al abrir la revista por la mañana y encontrarse con el tano de 52 años y su desabrigada dotación, apenas cubierta por un cartelito que, dicho sea de paso, reza el titulo menos ingenioso de todos “Rocco Siffredi, una historia muy larga”.

El hombre pasó a la historia del cine por ser el actor clase B mejor pago y más convocado de la industria del triple equis. Protagonizó y dirigió cerca de 1700 películas, además de haberse acostado profesionalmente con unas 6000 mujeres, según le confesó al corresponsal de Le Monde en Roma, que firma la entrevista. Lo cierto es que mucho antes de que el Viagra saliera al mercado, Siffreddi sorprendía al público con su talento natural para sostener erecciones maratónicas, además de ostentar medidas consideradas fuera de lo común. Todo eso y mucho más repasa el texto principal de la revista, que le da al personaje un protagonismo quizá innecesario, pues el porno no es la causa por la cual el sexo está tan sobrevalorado en esta época.

“Estoy abonado a vuestro periódico desde hace tiempo y admito que estoy sorprendido por las imágenes de este reportaje. La foto de portada puede pasar, pero las imágenes del interior son chocantes teniendo en cuenta que la revista es una lectura semanal para toda la familia” decia una de las miles de cartas que inundaron el correo de lectores. “Sé bien que hoy el sexo no es ya un secreto para nadie y que los niños hacen muy pronto su educación sexual en internet, pero este tipo de exhibicionismo pone problemas. Las fotos aparecidas en la revista son violentas y me desagrada que mi periódico ceda al voyeurismo” opinó otra lectora indignada.

“Eligiendo el mostrar el pene de Siffreddi desafiamos al último tabú”, les respondío el diario en una editorial sobre el tema, simplificando el argumento de una eterna discusión: nadie se rasga las vestiduras cuando se trata de ver publicaciones de mujeres desnudas. Curiosamente Siffreddi, que está de vuelta de todo, coincide en eso último: “Me había maravillado que un periódico tan ilustre me pidiera posar desnudo, después pensé: El mundo ha cambiado; los franceses están más adelantados que nosotros, italianos, desde el punto de vista de las costumbres. Me equivocaba: El pene ha quedado como el último tabú. El desnudo femenino, por el contrario, se muestra libremente. Tal vez demasiado”….