Una máxima erótica para el 2017

 

Las máximas eróticas para el nuevo año serán más sencillitas que las del 2016, pues si a las de este año que se va no han podido cumplirlas es que no estaban en su ADN, no eran metas sino fantasías, y ya sabemos que en materia de sexo las fantasías no siempre pasan al plano del colchón. A decir verdad, más que metas lo que uno debería es revisar lo que faltó, lo que empezó fallar, lo que se necesita cambiar y lo que nos hace ilusión alcanzar, sea tomar coraje para comprarse un juguete o hacer un trío, consular al sexólogo o tomar un sabático marital. Ya aprendimos que para tener buen sexo hay que empezar por no mentirse (ver post anterior).

Pensaba lo del “sabático marital” a propósito de unos amigos que están por divorciarse y me han preguntado qué haría yo en su lugar. Se les evaporó la química, dicen, pese a quererse mucho todavía. El amor se ha transformado en cariño, pero no pueden pasar página, soltar, ejercicio saludable si los hay. Por eso les propuse que antes de tomar la decisión se tomen vacaciones del otro, una pausa mínima de un año para hacer lo que cada uno quiera de sus vidas. Sea conocer gente nueva, viajar, tomar algún curso en el exterior, acostarse con otras personas y cumplir esas fantasías, si de eso se trata. Claro, solo funciona entre gente inteligente capaz de pactar de común acuerdo, sin reproches ni facturas posteriores, y habiendo arreglado antes los asuntos domésticos en común (gastos, donde va a vivir cada uno, sobre todo si tienen hijos).

ver qué nos trae la marea

Libertad, a veces es todo lo que se necesita para renovar votos, o saber lo que uno verdaderamente desea. Hay una corriente de terapeutas que fomentan esta alternativa, que en rigor surgió entre matrimonios consolidados y de muchos años en donde uno de los cónyuges tenía planes sin realizar, por lo que originalmente el paréntesis no incluia lo sexual. Pero en ciertos casos el refresh espiritual hay que hacerlo completo.

Mis amigos lo están pensando. Después de poner cara de espanto, lo ven como una salida honesta. Una via para evitar un mal final, para mirar en perspectiva y recién entonces barajar qué quiere cada uno. Suena egoísta, pero es así. No estamos bien con nadie si no somos quien deseamos ser, aunque a veces el proceso duela. Por eso, la máxima erótica para el 2017 debería ir a lo elemental: juntos o separados, pero ser y vivir libres….


Feliz 2017!