Sobre la venta de profilácticos y el deseo de los argentinos

 

Al ex candidato a presidente lo han gastado bastante en las últimas semanas, después de que salió a decir públicamente que hasta la venta de preservativos había caído porque, a causa de la crisis económica, los argentinos tienen menos relaciones sexuales. “Están desmotivados” dijo, no sin razón. Seguramente estuvo asesorado a medias, o quizá habló por experiencia propia, pero lo cierto es que se venden menos profilácticos en todo el mundo, y es cierto también que el estrés impacta en la sexualidad de los seres humanos. Pero una cosa no es consecuencia de otra.

Lamentablemente en la Argentina no existen estadísticas ni estudios serios sobre hábitos de la población sexualmente activa como para afirmar tales teorías, en especial la última. “El tema del deseo es el más difícil a la hora de conceptualizar. Si bien es cierto que baja a causa del estrés, no podemos hacer correlaciones tan lineales, pues que haya menos venta de condones no necesariamente se corresponde con menos deseo. La caída de las ventas se puede deber a múltiples variables” aclara Adrián Helien, psiquiatra y sexólogo clínico, coordinador de la División Urología del Hospital Durand. “Por otro lado el deseo es muy difícil de medir ya que podemos tener relaciones sexuales sin deseo, y no todos los que tienen deseo tienen relaciones sexuales. Está plenamente comprobado que el estrés influye negativamente a la hora del sexo, pues el estrés desencadena una serie de fenómenos que preparan el cuerpo y la mente para afrontar peligros. Todo lo contrario de lo que necesitamos para disfrutar. El estrés es uno de los grandes productores de disfunciones sexuales. No solo del deseo, si no de la excitación y el orgasmo” aclara Helien.

Respecto de la venta de preservativos, y a propósito de haberse celebrado la semana pasada el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, vale aclarar que hoy mucha gente ha dejado de usarlos porque cree que el “peligro” mayor pasó, que los avances de la medicina han controlado la enfermedad y por lo tanto que “las posibilidades de contagio son menores”. De hecho, habrán observado que ya no se hacen aquellas grandes campañas de concientización masiva que vimos en los medios de comunicación durante los años 90. Sin embargo lo que ha crecido exponencialmente es la población de adultos mayores infectados con el virus porque, oh oh, los abuelos también hacen cositas bajo las sábanas, contrariamente a lo que muchos hijos quieren creer. Desde que se “perfeccionó” el do Sildenadil (conocido al principio como Viagra) muchos hombres mayores que nunca habían usado protección volvieron al circuito de citas, especialmente a los prostíbulos, mientras que muchas mujeres viudas o solas empezaron a recurrir a los servicios de pago.

sexo para vivir más, y mejor Foto Erwin Olaff

Esa realidad, que suena fuerte, guste o no, se traduce en las cifras. Según los datos recogidos por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, en 2012 las personas mayores de 55 años representaban la cuarta parte de la población infectada con VIH en el país, donde más del 10% de los nuevos casos se da en personas mayores de 50. “La negación de la sexualidad de los mayores ha hecho que se descuide toda la prevención del VIH, pero ahora hay una tendencia en muchos países de trabajar con ellos”, afirmó la psicóloga María Pérez Conchillo, del Instituto Espill de Valencia, en una nota publicada en El País de Madrid, propósito de la fecha.

En fin. Las enfermedades de trasmisión sexual se propagan sin pausa, y solo los profilácticos nos permitirán seguir pasándola bien hasta el fin de nuestros días. La falta de deseo es otra cosa bien distinta, pues se trata de mantener lubricado el cerebro. Sin eso, no hay nada.