En Japón se alquilan hombres para llorar

 

Esta sí que es una gran idea. Ya teníamos abrazos pagos y bares de gatos (cuatro patas) para acariciar, ahora los japoneses acaban de inventar otro servicio, esta vez, para mujeres heterosexuales solas: alquiler de hombres para llorar. Así de desopilante como suena. A falta de un amigo o amiga que ponga el hombro en los momentos duros, cuando volvés a tu casa y querés hundirte en la cama y no hay paño de lágrimas a la vista, están los Ikemeso, tipos lindos, y de distintos perfiles que por 55 euros dan alivio a clientas desprovistas de quién les dé consuelo.

El cerebro detrás del negocio es Hiroki Terai, un verdadero emprendedor teniendo en cuenta que el proyecto no requiere inversión ni da pérdida. Para montarlo a lo sumo habrá necesitado hacer un buen casting y comprar unas cuantas cajas de pañuelos descartables. El servicio consiste en que el Ikemen primero te ayude a soltar la angustia, supongo que con alguna técnica conductista o poniéndote el dedo en la llaga con cierta delicadeza, que vendría a ser casi lo mismo. Luego viene la magia del alivio, pues te acaricia la mejilla, toma un pañuelito de papel y te seca las lágrimas, quizá diciendo alguna cosita linda y de perogrullo, como en las películas, pero sin duda será el momento en el que el clinex vale lo que cuesta.

Qué tentador!… aunque por ahora el bisnes parece centrarse solo en el apoyo emocional, objeto de lucro y fuente de fortuna de Terai, digo, repasando la cantidad de presiones que soportamos a diario los seres humanos, y no solo las mujeres.

no hay derrame de lágrimas que no cure un día de spa sunshine cafe

Hete que el japonés se armó una empresa con la desgracia ajena, pues fue el primero de su país en organizar fiestas de divorcio para celebrar el fin de un matrimonio, ocurrencia un poco perversa pero científicamente fundada en aquello de que hay “aprender de la caída y tomarlo con alegría” (en criollo, reír pa no llorar). El hombre también cordina encuentros mensuales de rui-katsu o terapia de llanto colectivo, y hasta publicó un libro Handsome men in tears (Hombres guapos llorando).

En fin, prefiero gastarme los 700 pesos (calculando el euro blue) en otra clase de consuelo descartable, imaginen!…