La vida sexual de los presidentes

 

La vida sexual de un presidente es algo intrascendente, a menos que el tipo invierta los fondos públicos (o su poder) en sus actividades privadas. Ahí sí, la intimidad del funcionario se vuelve un patético asunto de Estado, tal es el caso del premier italiano cuya reputación está en picada desde que se supo que organiza fiestas con prostitutas…¿en la residencia oficial?

Es difícil saber cuánto de mito y cuánto de verdad hay en los rumores que suelen correr como reguero alrededor del primer mandatario de un país: que anda con la ministra, que se acuesta con sultano, que es de hacer tríos etc etc etc. Pero lo que haga en la cama el gobernante, ¿afecta o no a la historia de un país?. Para Larry Flynt, fundador de la revista Hustler y director de cine porno, la sexualidad del hombre más importante de una nación afecta, y mucho, a su tarea. Convencido de eso se metió en la Casa Blanca para escribir junto con el historiador David Eisembach un libro que ya tiene “infartado” a más de un político norteamericano.

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señor presidente, ¿le hago masajes? via oldtimereligion via bigfun

A lo largo de 300 páginas One Nation Under Sex – que el próximo 26 de abril estará disponible en las librerías de los Estados Unidos – Flynt y su socio exploran la intimidad de los ex presidentes, desde Thomas Jefferson hasta Bill Clinton (se salvaron Bush y Obama, uno porque los escondió muy bien y al otro todavía no le encuentran la hilacha), y analizan la postura de la prensa ante los secretos privados de los hombres más poderosos del mundo. Y es un tema serio, claro que sí.

sexiNadie acá se atrevería a destapar públicamente una información semejante, a menos que se trate de una relación seria entre un presidente libre y una persona libre también, libre de compromisos afectivos “legales”. Además, como en este caso, ¿qué mas dá si a Abraham Lincoln y a James Buchanan les gustaban los hombres, si Clinton era un pícaro infiel y Kennedy una suerte de sátiro?, como plantea Flynt en el libro. Si sus hábitos sexuales impactan directamente en su gestión no lo sabremos, aunque es cierto que muchas decisiones históricas, por trasnochadas e inauditas, parecen haber sido tramadas entre la sábanas, como lo describe Federico Andahazi en su libro Argentina con pecado concebida, un viaje muy picante por los amoríos y aventuras eróticas de los próceres locales.

Me encantó el capítulo de Sarmiento, el padre del aula, que cuando viajaba al exterior enviado por el gobierno llevaba la cuenta de los viáticos anotada en una libretita. Nunca le faltaban monedas para sus “gastos de orgía”. Al hombre le gustaba el sexo en dulce multitud, y no lo escondía.