Acabo de leer una nota que publica hoy la BBC en su página Web y que me cae al dedo para completar el concepto de la infidelidad y la evolución que quise trasmitirles en un post anterior.

Según el psicologo de la London School of Economics, Satoshi Kanazawa, que publica un ensayo en la revista Social Psychology Quarterly,” los hombres fieles poseen coeficientes intelectuales más altos que los que se definen como infieles“.

Pilar Bustelo La Nación

Tan maravilloso hallazgo surgió de cruzar información de dos grandes bases de datos  estadonunidenses: el estudio nacional longitudinal de salud adolescente y la encuesta general social, que mide actitudes sociales y el coeficiente de adultos y jóvenes.

Al compararlas, Kanazawa encontró que ese comportamiento monógamo se repetía entre los más dotados mentalmente, lo que le permitió concluir que el mismo es una clara señal de la evolución de la especie, ya que a lo largo de su desarrollo los hombres fueron “relativamente polígamos”, propensos a la promoscuidad, al cojinche, como dice mi amiga Merimún. Muy contrario de las mujeres, razón por la que la teoría no se aplica en nuestro caso.

Salir de esa condición primitiva supone un paso adelante, dice el investigador, pues las personas inteligentes son abiertas a las nuevas ideas y se cuestionan los dogmas, en el caso del mujeriego, alimentado por mitos y leyendas, desde el Don Juan, y el Marqués de Sade hasta el Isidorito Cañones, entre otros tantos. Sin embargo, lo que abunda no son precisamente los hombres (ni las mujeres) fieles..