Cuando era joven uno de los conceptos que más me gustaba trabajar era la idea de los “lugares comunes”. Me fascinaba esas constantes que, de manera muy individual, terminamos repitiendo de manera casi inconsciente: el uso de determinada expresión, el mismo baño de la oficina, alguna referencia o hasta alguna combinación de colores. Esos (mis) lugares comunes funcionan como pequeñas seguridades y constantes que, aunque parezca un poco loco pensarlo, son pasos firmes que podemos darnos el gusto de ir dando.
En el mundo seriéfilo también encontramos estos movimientos sobre lo seguro y en mi caso está relacionado con todo lo que Channel4 se de el gusto de producir. Es cierto que el argentino tiene cierta debilidad por lo británico pero, en ese universo enorme, si viene de la mano de esta cadena televisiva yo ya sé para qué lado tengo que salir caminando.