¿Cómo reacomodar la alimentación después de las Fiestas?

Hoy en Runner Blog escribe: Karen Cámera (*)

Licenciada en Nutrición (UBA)

Seguramente leíste el post donde te dábamos consejos para “no pasarte ni excederte” en las Fiestas, pero es probable que no le hayas hecho mucho caso. Por eso, ahora te vamos a dar unos tips para intentar aliviar la indigestión producida por la seguidilla de platos de fin de año y por qué no también de todos los festejos que acumulaste durante el mes de diciembre.

Ya habíamos dicho que los ayunos no son estrategias saludables para paliar, otra no saludable como son los atracones. Si bien te debés sentir muy pesado y con retención de líquidos, lo más indicado sería que vuelvas a tu plan de alimentación habitual haciendo hincapié en las siguientes pautas:

  • Debés comer por conducta, no te guíes por la sensación de hambre.  Realizá de 4 a 6 comidas en el día, no muy abundantes.
  • Masticá durante un buen tiempo para facilitar la digestión.
  • Consumí porciones chicas, pero no elimines los hidratos de carbono sin grasa (cereales de desayuno, panes, arroz, fideos) ni las proteínas magras en los almuerzos y las cenas.  Ver ejemplo de ensalada completa.
  • Las comidas deben ser bajas en grasa para facilitar la digestión: elegí cortes magros y sacale la grasa visible a las carnes y la piel al pollo antes de cocinar, utilizá lácteos descremados, controlá los condimentos grasos, etc.
  • Aumentá el consumo de frutas y vegetales.  Aportan grandes cantidades de agua, fibras, vitaminas y minerales.  Los vegetales deben estar presentes en almuerzo y cena; frutas consumí unas 3-4 por día, pueden ser enteras, en ensaladas o bien en jugo o licuadas.
  • Tomá abundantes líquidos: son válidas todas las bebidas sin calorías tales como infusiones livianas, agua, soda, aguas saborizadas (seleccionar las que no tienen azúcar), gelatina sin azúcar, etc.
  • Disminuí el consumo de sodio pues favorece la retención de líquidos.  No sólo está en la sal sino en todos los productos elaborados tales como conservas, fiambres (aunque sean magros), quesos, galletitas dulces y saladas, etc.  Cociná con poca sal y no agregues sal extra en los platos servidos.
  • ¡Movete!  Debido a los excesos de comida en tu cuerpo hay un balance de energía positivo, tratá de neutralizarlo yendo a entrenar o al menos hacé una actividad física tranquila: caminata, bici, rollers, etc.

Resumiendo, lo que hay que lograr es cortar la inercia de comer cosas no saludables: alimentos ricos en grasas, harinas refinadas, azúcares y sal, que por tener alta densidad calórica y baja densidad nutricional provocan deseo de continuar ingiriéndolas por estimular excesivamente el sentido del gusto (combinación de grasas junto con azúcar o sal: snacks, confituras, amasados, postres, etc.). Todos estos alimentos son altamente adictivos pero una vez que logres la voluntad de suspenderlos, lograrás una sensación de bienestar y te sentirás más liviano y con más energía que retroalimentarán una alimentación saludable.

Y si estás desorientado respecto a cómo llevar una alimentación inteligente y acorde a tus necesidades, ¡consultá a un nutricionista que aún post fiestas, puede ser una excelente oportunidad!

Ensalada del campo (5 porciones):

Un paquete de pasta corta, 2 zanahorias grandes cortadas en juliana fina, 3 zucchinis cortados en juliana fina,  1 taza de morrones de colores cortados en juliana, 250 g de champignones fileteados, 250 g de tomatitos cherry cortados en cuartos, 2 ramos de perejil, 5 cucharadas de aceite de oliva, aceto balsámico, 5 cucharadas de queso rallado, sal, pimienta.

Herví la pasta en abundante agua con un toque de sal.  Cuando esté cocida al dente escurrirla y enfriarla bajo agua fría.  Mezclar la pasta con las verduras cortadas y agregarle hojas de perejil.  Batir el aceite con el aceto, sal y pimienta y agregarle el queso rallado. Aderezar la ensalada. Mezclar bien y  servir.

(*) Karen Cámera es licenciada en nutrición (UBA), docente de la materia “Nutrición Deportiva” en la Licenciatura en Nutrición de Universidad de Buenos Aires y Universidad Abierta Interamericana. Además, es docente asociada en los cursos de Nutrición Deportiva, a cargo de Francis Holway (Club Atlético Atlético River Plate). Más info en www.nutriciondeportiva-gnd.blogspot.com

No te olvides de dejarnos tu comentario y de seguirnos en @damiancaceres. ¡¡¡A todos, gracias!!! Felicidades y un gran 2013.

Opinión: De la pista a la calle

Comparto la columna de opinión que escribí en LN Revista, del domingo 21 de diciembre. Por un tema de edición, se debió achicar el espacio. Aquí, va completa con mayor precisión. Lejos de buscar polemizar con atletas y entrenadores, la misma intenta poner blanco sobre negro una situación que atenta contra los intereses del deporte madre: el atletismo.

Los caminos del running y del atletismo, el origen de todos los deportes, están separados. Van por carriles diferentes y en las grandes competencias a nivel global, a veces, logran unirse. Al menos, en la Argentina, la distancia parece imposible de allanar. Es notorio que los atletas de elite salgan eyectados de la pista para saltar a la calle. No lo hacen por gusto, sino por necesidad. Los premios, exiguos en su mayoría, suenan como tentadores llamadores para llegar a fin de mes. La falta de apoyo genuino hace que posterguen procesos de entrenamiento en pos de un fin económico. Los casos sobran. Y a borbotones. A contrapelo con lo que enseñan los grandes maestros como Antonio Silio, múltiple récord nacional de 5000, 10.000, medio maratón y maratón, y Oscar Cortínez, ocho veces  campeón argentino de maratón, los atletas se ven entre la espada y la pared. Por caso, Luis Molina, uno de los atletas con mejor proyección de estas latitudes, corrió en lo que va del año no menos de 10 carreras callejeras (de 10, 15, 21 y 42 km), cuando su objetivo de máxima era la maratón de Buenos Aires, en octubre pasado, con reales chances de clasificar a los Jugos Panamericanos de Toronto 2015. Molina finalizó a 14 minutos del marplatense Mariano Mastromarino, vencedor de la prueba. Ambos atletas corrieron juntos hasta el km 21. Luego, las diferencias físicas y mentales al momento de la prueba, obligaron a Molina a mermar el ritmo. En palabras de Cortínez, en Factor Running Radio: “La trayectoria no se fabrica, se hace. Si un atleta compite demasiado, la energía se vuelve difusa y se aleja del único objetivo real: competir en los Juegos Olímpicos. Esto le sucedió a Molina durante el año. Los sponsors y las federaciones son en parte culpables porque, en vez de priorizar los intereses del atleta, los hacen correr cualquier carrera para mantener una beca que nunca es suficiente”. Como corolario, el atleta oriundo de Lobos, a las dos semanas del maratón estaba compitiendo en una media maratón en La Plata, que ganó bajo un calor abrasador, mientras Mastromarino reponía fuerzas en su casa.

El cuadro comparativo finaliza con los premios que entregan las carreras. Mientras Buenos Aires, con más de 10.000 inscriptos, premió a Mastromarino con $6000, la maratón de Mar del Plata, con 8000  participantes (sumando corredores de 10, 21 y 42 km), otorgó 15.000 al hombre y a la mujer más rápida. Por su parte, el ganador de Buenos Aires desembolsó casi $9000 para finalizar su puesta a punto de tres semanas en la altura de Cachi, Salta, a 2300 metros sobre el nivel del mar para bajar al llano y competir en la maratón. En resumen, fue a pérdida y se impuso a atletas keniatas de segunda y tercera línea que igualmente cobran un bono fijo por sólo participar.

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¿Qué debo tener en cuenta para no excederme en las fiestas?

Hoy en Runner Blog escribe: Karen Cámera (*)

Licenciada en Nutrición (UBA)

En estas fiestas, la Lic. Karen Cámera nos da tips para mantenernos y no sobrepasarnos ni excedernos con las comidas. Es cuestión de leer con atención y ponerlo en práctica.

  • Los alimentos más calóricos de la mesa de las fiestas son: lechón, entradas y ensaladas con abundante mayonesa, sobremesa de frutas secas y confituras navideñas.  También las bebidas alcohólicas, pero por sobre todo, depende del tamaño y repetición de las porciones y de la seguidilla de platos desde las entradas hasta el final de la reunión (panera, entrada, platos principales variados, postre, pan dulce y afines, bebidas y brindis)
  • Intentá planificar en familia de manera inteligente los pasos de la comida, con alimentos variados, presencia de guarniciones de baja densidad calórica y evitando la sobreabundancia que invita a comer de más
  • Una cena saludable consta de entradas a base de fiambres magros (pavita, jamón cocido natural, lomito de cerdo), bastones de vegetales, aderezos con mayonesa reducida en grasa o quesos blancos descremados y hierbas, panes variados sin grasa y preferentemente integrales.  Como plato principal, carnes magras grilladas o al horno con ensaladas variadas que pueden contener vegetales frescos y frutas (ananá, manzana, etc.).  Como postre se puede elegir ensalada o espuma de frutas, copa de frutillas con crema dietética.  Para la sobremesa,  las frutas secas, confituras y pan dulce, son alimentos por demás hipercalóricos, así que lo más adecuado para el fin de la mesa navideña sería la moderación
  • Con respecto a las bebidas alcohólicas, una copa de champagne de unos 150 cc tiene entre 100 y 170 kcal dependiendo de la variedad (el seco tiene menos calorías que el dulce), y una copa de vino del mismo volumen aproximadamente unas 100 kcal.  Una copa de champagne no hace la diferencia, sino que el problema está en la cantidad de copas que se consumen así tanto como el contexto de las calorías aportadas por las comidas
  • Las compensaciones válidas e inteligentes son comer con moderación y evitar preparar comida en excesoNi los ayunos, ni las “comilonas” son estrategias saludables.
  • Recordar que el espíritu de las fiestas es llenar el corazón y no el estómago 🙂

(*) Karen Cámera es licenciada en nutrición (UBA), docente de la materia “Nutrición Deportiva” en la Licenciatura en Nutrición de Universidad de Buenos Aires y Universidad Abierta Interamericana. Además, es docente asociada en los cursos de Nutrición Deportiva, a cargo de Francis Holway (Club Atlético Atlético River Plate). Más info en www.nutriciondeportiva-gnd.blogspot.com

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Runner Fest: el año se termina corriendo y ayudando


Se va terminando el año y con él, el calendario de carreras. Pero aún hay tiempo para una más. Y no es cualquier carrera. El próximo 20 de Diciembre a las 11:30 hs en el Hipódromo Argentino de Palermo, se correrá por quinta vez consecutiva el Runner Fest, una competencia con una doble finalidad ayudar y divertirse.

Todos los corredores llevarán un juguete que será recibido por BA Solidaria para ser donado a la Fundación Manos Abiertas y a la Obra Don Orione y que así, cada niño de ambas instituciones pueda tener su regalo de navidad. 

Entre las cuatro ediciones anteriores se han juntado más de 20.000 juguetes gracias a la solidaridad de miles de corredores de todo el país que fueron parte de la Runnerfest.

Habrá dos modalidades: un circuito de 5km competitivo y uno de 1,6 km participativo para toda la familia. En lo que respecta a la prueba en sí, los 5k competitivos, premian por tiempo a las 3 primeras damas y caballeros en la general y capacidades especiales, y los 1,6k participativos, en donde corren juntos los padres con sus chicos.

Por quinta vez se entregará una mención especial al Periodista Runner que se haya destacado este año por su labor periodística fomentando el Running en la Argentina.

Todos los participantes recibirán una medalla finisher, independientemente de la distancia que corran. Las inscripciones se encuentran abiertas en www.Runnerfest.com  En el caslo de los Running teamsempresas, y colegios pueden hacerlo grupalmente a través del servicio “TKT RUNN”, que les hace llegar las fichas y dorsales personalizados a su domicilio.

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The North Face Ultra Challenge 2014: los 80k, en primera persona

Por Nelsa Valenzuela (*)

Corro para superarme a mí misma; porque corriendo es donde encuentro eso que me completa y me conecta con mis emociones. Todos los días agradezco tener salud y fuerzas para entrenar y poder disfrutar de algo tan simple pero que a la vez significa tanto para mí.
Esto que empezó como un pasatiempo, paso a paso me llevó a buscar un poco más y hoy con mi medalla en mano, puedo decir que lo logré, mi primer ultra trail de 80k : The North Face Ultra Challenge, una distancia que jamás pensé que sería capaz de afrontar y una carrera inimaginable y que superó en todo sentido lo que esperaba.

Correr un ultra trail de 80k, miedo a lo desconocido.

Correr 80k es algo que quería experimentar hacía tiempo pero fueron sucediendo cosas que me alejaron de cumplir con este deseo. Recién después de mitad de año pude empezar a entrenar mejor. Me inscribí en los 50k, pero mi corazón quería ir más allá, necesitaba un desafío para terminar este año, y muy adentro mío quería vivir esa experiencia. Pensé que si seguía entrenando bien, y no aparecía el fantasma de la lesión que me había dejado sin los 50k en la carrera el año pasado y me había obligado a hacer otro parate después del Raid de los Andes, podría pasarme a los 80k… Claro que antes de correr esta distancia, experimenté varios maratones de calle y de montaña, un Cruce de Los Andes, un Raid de Los Andes y carreras más cortas de trail, también 50k y 63k como distancia máxima. Pero animarme a dar ese paso era todo un desafío, no me conocía más allá y no sabia cómo podía reaccionar mi cuerpo en tantas horas de esfuerzo. La seducción de superarme y explorar hasta dónde llegar fue más fuerte y a mediados de octubre decidí que iba a ir por esos ansiados 80k.
El trabajo previo fue duro, detrás de una carrera siempre hay cientos de kilómetros de entrenamiento y sacrificios que los que corremos asumimos y sabemos que van a ser claves a la hora de afrontar nuestro desafío. No hice grandes volúmenes de entrenamiento, traté de priorizar calidad y hacer más entrenamientos específicos, los entrenamiento de pasadas, fondos de no más de 3 horas y media, y algo de cuestas, lo que puedo encontrar en Capital, que sabemos que no es mucho y es todo cemento.
Gracias a la paciencia de mi entrenador Daniel Simbrón, con esa capacidad innata para moderarme en mis locuras y calmar mi ansiedad llegué, en buenas condiciones físicas, sin dolores, sin lesiones y con ganas de correr.

Esperando el día ….

La previa en Villa Catedral fue de lo mejor, nos organizamos muy bien y el tiempo nos acompañó. El viernes después de un trotecito corto vino el retiro del kit, luego descanso y cena grupal: carne asada más carbohidratos (papas/batatas/zapallo/cebolla). Sábado fue día de Teleférico, almuerzo en el Refugio Lynch, lugar paradisíaco con una vista privilegiada, donde disfruté con mis compañeros de grupo de un almuerzo, muchas fotos y llené mi vista de paisajes hermosos. El tiempo nos acompañó siempre. En la tarde del sábado, la ansiedad ya se apoderaba de nosotros, estábamos inquietos, haciéndonos miles de preguntas, sacando y poniendo cosas en la mochila y preparándonos para el gran día. Todo estaba listo, y el corazón latía con más fuerza, y sentía que por mis venas corría un” mundo de sensaciones”.

A las 19:30 hs la charla técnica que terminó de aclarar un poco el panorama, los 80k seguían su recorrido original, extremadamente duro y con mucho desnivel. Uno de los organizadores dijo: “Querían una carrera dura, bueno, estos 3 puntos para Mont Blanc, no se los van a llevar de arriba”. Nos recomendaron ropa técnica y abrigo porque el clima no iba a ser el ideal y en los filos y cumbres íbamos a estar muy expuestos al viento y al frio. Estaban anunciadas lluvias, frío, viento y nieve. Había que prepararse. Ajusté mi mochila: sumé una remera primera piel de recambio y un par de guantes: geles, barras deportiva de carbohidratos, 750 cc de bebida deportiva y 300 cc de agua, linterna frontal, campera gore-tex. Ajusté mi chip a la zapatilla , después me daría cuenta de que no lo había hecho muy bien. En fin, todo estaba listo, sólo había que tratar de conciliar el sueño. Empezó a llover fuerte y con ese sonido de fondo logré dormir unas horitas.


A las 4m sonó el despertador, como resorte salí de la cama, preparé mi desayuno, mientras protegía mis uñas con cinta y me hice un estribo en el tobillo izquierdo, que me había esguinzado en una carrera en mayo. Me vestí, desayuné, seguía lloviendo. Se despertaron mis compañeras de cabaña, Sol y Sabrina, y me acompañaron en los últimos preparativos. Me puse la campera impermeable y salí de la cabaña rumbo a la largada, 6 am era el horario para los 80k.

Llegué, me encontré con conocidos, saludé, percibí la ansiedad de todos, que era la mía también, llegaron Matías y Nicolás, mis compañeros de equipo que corrían 80k. De repente entró alguien de la organización anunciando que en cuatro minutos largábamos. Me puse la campera, ajusté la mochila y me dispuse en la largada, bastante atrás. Mi gran miedo era “quemarme” y que eso me impidiera llegar, no quería arriesgarme, no me conocía en esta distancia y debía regular mucho porque si salía a un ritmo muy rápido no iba a aguantar tantos kilómetros.

La largada …

Antes de salir, nos recomendaron no pisar troncos porque estaba todo muy resbaloso y peligroso para caídas, y sí, había llovido casi toda la noche previa. Largué desde atrás, a ritmo muy tranquilo, Matías me iba marcando el ritmo, y como era su tercera carrera de 80k y conoce más que yo, traté de seguir sus consejos y me controlé.

Los primeros kilómetros transcurrieron sin dificultad, entramos por un sendero, comenzamos pequeños ascensos y descensos. En un momento cerca del km 7 escuché la voz de un corredor que venía unos metros detrás mío gritando: “Encontré un chip, ¿alguien lo perdió?”.Automáticamente bajé mi vista, miré mis zapatillas y ¡mi chip no estaba!. Pegué un grito: “Síiii, yo lo perdí” y corrí hacia atrás en su búsqueda. El corredor me lo dio en la mano, lo apreté y lo guardé en el bolsillo con cierre de la calza. Me volvió el alma al cuerpo, dí las gracias y seguí corriendo mientras reflexionaba y agradecía haber tenido la suerte de recuperarlo.

Me concentré de nuevo, en cada pisada, mirando las cintas rojas, para no equivocarme de camino, poco a poco vamos empezando a subir. El primer ascenso fue el Cerro Bella Vista. Ya empezaba a sentir el esfuerzo en mis piernas, cada vez más empinado, seguía subiendo….parecía interminable, hasta que después de un buen rato de ascenso, alguien anunció: “Cumbre del Co. Bella Vista”. En ese momento levanté mi vista y quedé deslumbrada. Me olvidé de todo por un instante, y pensé que el cerro tenía muy bien puesto su nombre. No puedo describir la belleza de esa vista de 360 grados, el Nahuel Huapi, increíble y única.

Ahora debíamos correr por el filo, un viento muy fuerte y frío empezaban a sacudirse con furia. Traté de seguir por el filo, esquivando piedras, tratando de no caerme en la nieve y pisar firme. Vino un descenso, llegué a Colonia Suiza (km19), donde encontré el primer puesto de abastecimiento. Allí me dijeron que era la segunda mujer. Eso me dio un estímulo para seguir. Llené con bebida mi bolsa de hidratación y seguimos corriendo por un camino amplio levemente ondulado, aclerando un poco más. Por un sendero empezamos a bordear el lago Moreno. En el km32 aproximadamente encontré el tercer puesto de abastecimiento, antes de emprender lo que se convertiría en la parte más extrema y dura de la carrera. Venía bien, entera, con ganas de seguir. Un ascenso muy fuerte me esperaba y arriba de todo,el Refugio Lynch.

Empecé a subir, de repente apareció una pared casi vertical con mucho barro, seguía lloviznando y subí como podía, haciendo mucho esfuerzo, en cuatro patas, sin mirar hacia atrás por el vértigo. No avanzaba nada, miré mi reloj y me desanimé 25m/km, traté de no pensar en eso y concentrarme en dar pasos firmes y seguir. El frío se hacía notar, seguí trepando, empezaron a caer gotas de agua nieve. Primero, despacio, luego con más fuerza y frecuencia. Llegué a un descanso y me dijeron que en pocos metros salíamos del reparo y había viento y frío. Tenía las manos muy hinchadas, casi sin movilidad y le pedí a alguien que me ayudara a ponerme la campera. Seguí camino, filo, piedras sueltas mucho viento, frio, de repente las gotas de agua nieve comenzaron a caer con mucha intensidad y empezó a nevar de verdad; en pocos minutos, el paisaje se tiñó de blanco, tenía mucho, mucho frío, hasta los huesos. Traté de seguir como podía, mis manos hinchadas ahora estaban violetas y ya no tenía movilidad en los dedos. Las piernas rojas, en carne viva, como si me hubiera quemado, viento helado, frio, nieve, siento la mitad del rostro inmóvil. No era momento de caer, no podía parar ahora, tenía que seguir caminando, como podía, pero seguir, detenerme no era una opción. De repente encontré a una persona que anunciaba que a 800m estaba el Refugio Lynch. Eso me tranquilizó- Traté de seguir, me encontré con un corredor y tratamos de emprender juntos esos 800mts, los más duros, sufridos e interminables que jamás corrí. Me resbalé en la nieveee, mis ojos lloraban del frio, no podía mover las manos, esaba helada y sentía la rigidez en mis músculos. Seguí tratando de concentrarme en cada paso. Perdí la noción del tiempo, kilómetros, nada de nada me importaba, sólo llegar a un reparo, tomar algo caliente y recuperarme.


El trayecto se hizo muy difícil, con la nevada, se me enterraban las piernas hasta las rodillas y no podía avanzar. Levanté la vista y ví el refugio, lo reconocí, el mismo en el que habia estado el día anterior, ese paraíso donde almorcé y me saqué fotos. Entré, y lo que vi me dejó más helada aún. Parecía un campo de batalla, corredores tirados por todos lados, envueltos en frazadas, mantas, temblando con contracciones involuntarias en sus rostros, una postal desoladora. Traté de no mimetizarme y que mi cabeza no se afectara con todo eso. Entré, busqué algo calentito, sólo bananas, te y gatorade me dicen. Tomé un té, comí una banana y un pedazo de barra que aún conservaba en mi mochila. Mientras tanto, saqué mi primera piel de la mochila, saqué la ropa mojada y me cambié. Me recuperé un poco, pero me empezaron a doler los músculos.

Miré mi reloj e iba en mitad de carrera, 40k. Tenía que seguir, me decía a mí misma, era el momento. Salí y el viento y el frío me azotaban, la cruda realidad. Nos dijeron que teníamos dos opciones: empezar a bajar o abandonar e ir por el teleférico. Cortaron el ascenso a la parte alta del Catedral. Decidí continuar y cuando quise comenzar a trotarm me dolían muchísimo las rodillas. Bajé a gatas, con mucha dificultad ya que es un descenso muy empinado. Abajo de la organización nos preguntaron, nos anotaron en una planilla y seguimos camino. A cada paso el dolor de rodillas se acentuaba, traté de olvidarme, pero me limitaba mucho. A partir de ese momento, empecé a disminuir mucho el ritmo, sólo quería llegar.

“Sigan las cintas amarillas”, nos dijeron, me concentré y continué. Recorrimos unos kilómetros y tomamos la senda Refugio Frey, seguían subidas y bajadas, no tan pronunciadas, pero mis rodillas sufrían los descensos. Traté de no parar, trotar muy despacio pero seguir. Empezamos a bordear el Lago Gutiérrez y ya iban casi 60k de carrera. El próximo puesto es Baqueanos. En este camino veía a los corredores que volvían de los 50 y 80k. Me crucé a todos mis compañeros de team, cada uno me dio una palabra de aliento, y traté de seguir. El camino hasta llegar al Camping Los Baqueanos se hacía eterno. Cuando llegué, pasé por la alfombra de control, estaba aturdida. Entré, comí pan con membrillo, me hidraté y recargué con bebida. No me quise enfriar mucho y emprendí el regreso, muy despacio.

Me quedaban alrededor de 15k, pero ya rezongaba con todo, y decía “no quiero correr más” pero seguí por inercia, quería llegar. Como podía, trotaba en los planos y hacía las subidas sin dificultad, pero las bajadas seguían siendo un gran problema. Empezó a llover, ya me faltaba poco. Fuera del dolor de rodillas, estaba bastante bien. En el km73 encontré una subida terrible, la miré, por mis adentros renegaba contra todos. “La última”, me dije, y la subí. Seguí corriendo como podía, acelerando en los llanos, mi corazón se aceleraba. Ya estaba, faltaban 2k, me decían. Me emocioné, salí a la ruta, hice unos metros y ví a un compañero del team que me estaba esperando bajo la lluvia y el frío para acompañarme en los últimos 500mts. Verlo me emocionó y me dio una inyección de energía y aliento, aceleré todo lo que pude, vi el arco de llegada y detrás vi a otros compañeros que me esperaba para darme un abrazo, No saben qué importante para mí verlos ahí. No me pude emocionar, no pude llorar. Estaba shockeada, anestesiada, no lo pude creer, lo logré, lo superé, tenía un torbellino de sensaciones.

Me encontré con los demás. Me contaron que Sol había ganado los 50k y me puse muy feliz. Estaban todos bien, cada uno con sus vivencias.

El lunes por la mañana, salí a caminar para aflojar y me enteré que fui la segunda mujer de 80k. No me importó tanto. Creo que en esta carrera, el podio es algo más.

Lo único que me hace realmente feliz es haber podido lograrlo, superarme, conocerme y reconocer mi fortaleza y vivir esta experiencia que no olvidaré jamás. Y si, aunque dije que no, me encantó esta distancia, y mi corazón quiere más.

(*) Nelsa M. Valenzuela es Lic. en Nutrición U.N.C. (MN 5737), especialista en Nutrición Deportiva, Antropometrista I.S.A.K., Asesora Nutricional en Área de Nutrición Deportiva, sobrepeso y obesidad. Corredora amateur con participación activa en carreras de calle y aventura, maratón y ultramaratón de montaña. Contacto: 11-15-3488-0002/4831-4242. Página web: http://nutrinel.com.ar – Mail: lic.nel.valenzuela@hotmail.com – Twitter: @Nel_run

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Cada runner con su tema

Por Daniel Arcucci

No suelo correr con música. Me gusta más el “tapatap-tapatap-tapatap” de las zapatillas contra el asfalto en las carreras urbanas, las charlas con más o menos aire del running team hecho enjambre, las bandas al paso de las grandes medias maratones, el aliento babélico de las grandes maratones del mundo o, simplemente, los sonidos de las mañanas en algún trote a la vera del río.

No suelo correr con música, pero no quita eso que la música me impulse a correr. Escuchar un tema y que el piso se empiece a mover bajo los pies. Escuchar un tema y que, además del ritmo, la letra acompañe la sensación. Desde un trotecito gentil hasta un fondo largo, pasando por una pasada, valga la redundancia, que todos tengan una razón de ser.

Tener la placentera obligación de elegir cada lunes un Tema Run para “No somos Nadie”, el programa del amigo Juan Pablo Varsky, le puso el marco a una búsqueda que se volvió obsesiva y terminó por ponerle música al #majorsrun, ese lindo desafío autoimpuesto de “100 días, 2 maratones, 1 sueño”. Al título habría que agregarle, ahora, “y unas cuantas canciones”, que empezaron 55 días antes de la Maratón de Nueva York y seguirán, sumándose, hasta la Maratón de Tokyo.

Son estas. Ninguna porque sí. Todas con algo.

Haciendo click con el botón derecho del mouse y elegiendo la opción “Guardar como”, podés descargar los temas.

“Dicen que estoy atrapado en un sueño”. Wake me up (Avicii)

“Está todo en mi cabeza”.  Mr. Brightside (The Killers)

“Sé que estaremos sanos y salvos”. Safe and Sound (Capital Cities)

“El barco me está llevando muy lejos, lejos de las memorias”. Starlight (Muse)

“Yo estoy listo, ahora”. Use somebody (Kings of Lyon)

“Es el lugar donde esconder mis demonios”. Demonds (Imagine dragons)

“Si esto es lo que tenemos, entonces lo que tenemos es oro”. Stay the night (James Blunt)

“1,2,3, agarrate y vení conmigo”. Are you gonna be my girl? (Jet)

”Mi cuerpo vuelve a la vida y todos nosotros corremos”. Runaways (The Killers)

“Estos son los días que estabas esperando, estos son los días de los que no te arrepentirás”. The Days (Avicii)

“Incluso cuando pierdo estoy ganando”. All of me (John Legend-Tiesto)

“Corre, corre torbellino. Cada vez más lejos”. Girls like you (The naked and Famous)

“Si tan sólo no me doblo y no me quiebro, te encontraré del otro lado”. Bend and Breake (Keane)

Faltan 78 días para la Maratón de Tokyo. Queda mucho por correr, queda mucho por escuchar.

#majorsrun “justodoit”

(*)Daniel Arcucci es periodista y maratonista. Secretario de redacción en el diario La Nación, Panelista en 90 Minutos de fútbol (Fox Sports). Colaborador en No Somos Nadie (FM Metro 95.1).

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En enero de 2015, los corredores retan al Precámbrico en Tandil



El próximo lunes 1 de diciembre a las 16:30hs se presentará la quinta edición del Cruce Osde Tandilia, Reto al Precámbrico en el Auditorio Osde (Av. Alem 1067, subsuelo).

Esta competencia, que comenzó a realizarse en 2011, consiste en un trail/cross que atraviesa senderos y caminos rurales inmersos en la geografía serrana tandilense. Existen tres modalidades: 42km, 21km y 10km. Los 42km y 21km se realizarán en dos etapas, mientras que los 10km se completarán en el segundo día. 

El Cruce Osde Tandilia está ubicado estratégicamente en el calendario de competencias de comienzo de año para que aquellos que estén en plena pretemporada de preparación de carreras de montaña por etapas, puedan realizar el punto más alto de carga de entrenamiento y poner en práctica el hecho de competir dos días seguidos. Por este motivo, además de las atracciones turísticas de la ciudad serrana, el número de inscriptos al Cruce Osde Tandilia, ha ido incrementándose año a año.

La edición 2015 se correrá el sábado 10 y domingo 11 de enero. La primera jornada será el sábado por la tarde y la segunda, el domingo por la mañana, con un descanso entre ambas de aproximadamente 14hs. Se puede correr de manera individual o en equipos y la clasificación es por suma de tiempos en ambas etapas, cronometrados con sistema de chip. En el caso de los equipos, los dos integrantes deben completar ambas etapas corriendo juntos, no son postas y, como novedad, este año se incorporará la categoría padre/hijo en la que podrán participar madre/hija, madre/hijo y padre/hija (los niños deberán ser mayores de 16 años) El recorrido del sábado es distinto al del domingo.

La largada y llegada serán en la pista de atletismo del Complejo Polideportivo Municipal, Lago del Fuerte, Tandil.  Las inscripciones se realizan vía web.

Lo que dejó la edición 2014


Buenos Aires se mantuvo en forma con Chevrolet 10K

El domingo 23 de noviembre se corrió la quinta edición de los “10K Servicio Chevrolet Buenos Aires”, bajo el lema: “Mantenete en forma. Mantené tu Chevrolet”,

Fueron más de 2.000 corredores los que se dieron cita en la costanera de Vicente López para correr los 10 kilómetros organizados por el servicio de mantenimiento de Chevrolet que se realiza cada 10.000 km y tiene como principales características la calidad, transparencia y respaldo en toda la red de concesionarios del país, además de precios y un servicio estandarizado.

Julián Weich, embajador de UNICEF Argentina, estuvo a cargo de la conducción del evento junto con Magdalena Aicega, ex capitana del seleccionado argentino de hockey femenino.

El podio masculino estuvo formado por Cristian Rubiola (5’11”), Alfredo Rojas, en segundo lugar (36’10”) y David Jerez (37’18”) en tercera posición.

Entre las mujeres, el primer puesto fue para María del Carmen López Imizcoz (43’55”), el segundo para Paula Lescano (45’33”) y el tercero para Andrea Lamios (46’08”).

Tras la carrera se realizó el sorteo de un Chevrolet Classic 0KM entre todos los participantes de la carrera y la ganadora fue Daniela Medina.

CLASIFICACIÓN

General Femenina

1° Puesto: María del Carmen López Imizcoz 43` 55“

2° Puesto: Paula Lescano 45` 33“

3° Puesto: Andrea Lamios 46` 08“

General Masculina

1° Puesto: Cristian Rubiola 35` 11“

2° Puesto: Alfredo Rojas 36` 10“

3° Puesto: David Jerez 37` 18“

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Unión Siete Lagos: magia en dos ruedas

Bien es sabido que Runner Blog es un espacio destinado al running. Sin embargo, ciertos eventos deportivos trascienden los límites de la actividad y es necesario darlos a conocer. Éste es uno de ellos.

El domingo 23 de noviembre se realizó la tercera edición de La Unión Siete Lagos y, si bien es una carrera, no es a pie sino sobre dos ruedas. Se trata de una prueba de mountain bike que atraviesa la Ruta Nacional 40 desde San Martín de los Andes hasta Villa La Angostura, en esta oportunidad, pasando por siete de los lagos más hermosos de la Patagonia Argentina: Lácar, Machónico, Falkner, Villarino, Espejo, Correntoso y Nahuel Huapi, ubicados en los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi. En 2013 el recorrido había sido alrevés.

Esta tercera edición reunió a más de 500 ciclistas, combinando profesionales y amateurs. 500 historias distintas se dieron cita en la hermosa y pintoresca ciudad de San Martín de los Andes para ser parte de esta travesía que, aún no sabían, iba a contar con un condimento especial: el clima.

Ya los días previos las bicicletas comenzaron a circular en mayor cantidad por las calles de la ciudad andina. Los atletas aprovechaban para ir probando el terreno y el clima con el correrían el domingo. Aclimatarse en paisajes tan bellos pareciera ser más simple. El entorno lleva. La vista se recrea y la mente se esparce.

Los más rezagados llegaron el sábado. En la mayoría de los casos, por una cuestión de trabajo y de la pronta llegada del período vacacional, no pudieron tomarse días libres en sus empleos y debieron llegar a último momento. Teniendo en cuenta este dato, la realización de la competencia en medio de un fin de semana largo posibilitó la participación de varios ciclistas de Buenos Aires que, de otra manera se habrían quedado con las ganas de desandar tan hermosa ruta.

“¿Aguantará el clima hasta mañana?”, se preguntaban unos a otros los corredores, mientras retiraban sus dorsales y acicalaban sus radados para largar a las 10hs del día siguiente. El pronóstico anunciaba lluvias, frío y viento. “El servicio meteorológico suele equivocarse”, consolaba un compañero a otro que estaba convencido que iba a llover.

Llegó el domingo y se despejó la duda. La lluvia se había hecho presente el sábado a la noche y no había cesado. Amaneció lloviendo. A repensar la ropa y cuidar las biciletas para poder completar, con cautela, la prueba.

Sin embargo, ni el frío ni la copiosa lluvia pudieron contra los ciclistas. Sí, es cierto, se retrasó un tanto la entrada en calor y la cara de muchos expresaba una preocupación que hubieran deseado no tener. Pero estaban allí e iban a largar.

El oriundo de Bariloche, Marcos León se quedó con el primer puesto, superando a quien había ganado las dos ediciones anteriores: José “Cobra” Di Lorenzo. Con 3:21:14, León se impuso en los 110km de ruta; el segundo puesto fue para José “Cobra” Di Lorenzo con 3:22:51 y el tercer lugar fue para el local Maximiliano Praiz con 3:25:31.

La competencia, realizada con el apoyo de Neuquentur y las Secretarías de Turismo de San Martín de los Andes y Villa La Angostura contó con un protagonista especial: la lluvia. Los organizadores tuvieron que modificar la llegada, planificada para que fuera en el Puerto de Villa La Angostura y la llevaron a un gimnasio donde los corredores pudieran templarse al arribar a la meta. Y es que el frío y el viento, combinados con la lluvia que “por momentos parecía agua nieve”, según las declaraciones de los mismos corredores, generaron que muchos ciclistas tuvieran que parar en el lago Villarino, donde estaban emplazadas las postas y el primer puesto de abastecimiento (km 55) para recuperar el calor en el cuerpo. No fueron pocos los que decidieron dejar la competencia por estas condiciones. Los médicos provistos por la organización y todos los voluntarios procuraron brindar el mejor servicio para todos los participantes.

Pasadas las 6 horas de carrera, los ciclistas seguían llegando a Villa La Angostura con una sonrisa incomparable por haber transitado tan maravilloso camino y por poder ser parte de una travesía que, para muchos, marca un antes y un después en sus vidas y no solamente como atletas sino como personas.

Una carrera, 500 vidas

En medio de tantas historias que encerraban esperanzas, deseos y ganas de desafiar sus propios límites, la de dos atletas se destacaban por causas particulares.

Uno de ellos, José Meolans, nadador argentino campeón mundial en los 50 metros libre en Moscú 2002 y atleta olímpico. A escasos metros de él, Alejandro Fernández, ex integrante de la selección nacional de básquet adaptado y sub campeón argentino de ciclismo adaptado. Ambos atletas de alto rendimiento que se interesaron por esta prueba desde distintos lugares pero con un mismo objetivos: disfrutar.

De elite a amateur con mucho profesionalismo

Meolans, ya retirado de la natación profesional, hace un tiempo que comenzó a andar en bicicleta tras ser operado de la rodilla por rotura de ligamentos. Así fue que se sumó a un grupo de amigos. “Aunque tengo también una bici de ruta he hecho carreras de mountain bike. Esta es la cuarta carrera que hago. Se disfrutan mucho en un contexto de lo que es el paisaje. En mi caso en particular, en todas las anteriores que corrí, fui a reconocer antes el circuito, en ésta, no. A la hora de pensar en alguna extragegia de carrera, si se quiere, intentaré salir tratando de controlar un poco la energía”, contó el ex nadador el día anterior a la competencia, mientras disfrutaba de la naturaleza en las Cabañas Aba Salomon, donde se hospedó junto con su mujer, Valeria y su pequeña hija, Martina. Ellas iban a acompañarlo durante toda la jornada del domingo. “Muchos creen que porque estuve tantos años en el alto rendimiento, al subirme a la bici, la tengo que ‘romper’, y no es así. Son cosas distintas. Podés llegar a tener un conocimiento del cuerpo y de cómo manejar la fuerza, hasta cuándo podés dar. En mi caso me rodeé de gente idónea, con mucho conocimiento en el ciclismo y traté de aprender. El ciclismo es una actividad que hago que me encanta pero no pasa más allpa de eso. No es mi trabajo pero es un cable a tierra. Me hace muy bien. Me hace despejarme de cosas que pasan día a día.” 

“La discapacidad termina en la cabeza”

Esas fueron las palabras de Alejandro Fernández antes de largar la competencia. Con su bicileta adaptada salió a desandar el camino, a pesar de la lluvia, el frío y el viento. Con su acompañante fiel durante todo el recorrido, Alejandro pudo llegar pasadas las seis horas de competencia y, emocionado, declaró “Todo el mundo tiene que saber que puede participar de esta carrera. Aquí la meta no está a 110 km, sino en la voluntad de cada uno”.


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Disney Magic Run: Un mundo de fantasía en Puerto Madero

El sábado 22 de noviembre, más de 20.000 personas coparon las calles de Puerto Madero para participar de una jornada de running diferente con miles de niños acompañados de sus padres, familiares y amigos. 

Cientos de familias salieron a alentar a los más de 9.000 corredores que participaron de las distintas modalidades: 3km, 7km y 1 km, para lo más pequeños. Todo esto en medio de un marco de fantasía dado por la presencia de Mickey, Minnie, Goofy, Donald, Pluto, Phineas y Ferb y Handy Manny.

Dentro del marco de la iniciativa Inspírate, Compromiso Disney, se corrió en apoyo de la Fundación Pupi y de la Fundación Educacional. La primera, enfocada en acercar el deporte y los valores positivos a niños, recibió $100.000 gracias a la colaboración de los participantes, mientras que la segunda, abocada a promover una alimentación sana en la primera infancia se llevó $75.000.

Así, Disney Magic Run cierra un año con ediciones en Argentina, Brasil y México.

General (Categoría 7K)

Damas:

  1. Mariela Ortiz – 25m07s
  2. Karina Fuentealba – 25m22s
  3. Bianca Pereyra – 26m17s

Hombres:

  1. Javier Carriqueo – 21m55s
  2. Eusebio Moyano – 22m09s
  3. José Felix Sanchez – 22m28s

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