¿Cómo mide el INDEC la pobreza?

Hace unos días nos encontramos con esta explicación que forma parte de una serie de aprendizajes que nos interesa adquirir y compartir con quienes intentan conocer los datos y fuentes en profundidad. Agradecemos a Daniel por permitirnos reutilizar su hilo de Twitter y recomendamos seguirlo @danyscht para aprender sobre este y otros temas con Data.

Daniel Schteingart   – Doctor en Sociología y columnista socioeconómico en Tarde Para Nada (FM 89.9) explicó en un hilo de Twitter cómo mide el INDEC la pobreza

1) El insumo básico es la EPH (Encuesta Permanente de Hogares). Se hace todos los trimestres, encuestando a unos 18.000 hogares en 31 ciudades de Argentina. La EPH tiene más de 100 preguntas sobre características del hogar, el mercado de trabajo, estudios, género, ingresos, etc

2) La pobreza puede medirse de múltiples maneras. Hoy el INDEC la mide bajo la modalidad“pobreza por ingresos”, esto es, se comparan los ingresos de un hogar vs una canasta básica. (Podría medirse también c otros criterios, como la calidad de los materiales de la vivienda, etc)

3) La canasta básica actual no es la única posible ni natural. Implica siempre decisiones (con cierta cuota de arbitrariedad) respecto a qué definimos como “básico”. En Arg, se toma como referencia ciertos patrones de consumo de lo q es nuestra “clase media baja”.

4) Una vez definida la canasta básica, tenemos que seguir su precio a lo largo del tiempo. Lo más habitual es leer titulares de este estilo, pero atenti:

5) Los casi $21.000 que cuesta una canasta básica se refiere a una familia TIPO, con matrimonio treintañero y dos niños. Esto es clave de tener en cuenta, ya que en la práctica hay casi múltiples combinaciones de edad, género y cantidad de miembros de un hogar.

6) ¿La canasta básica también es de $21.000 para una persona de 25 años que vive sola? ¿Es de $21.000 para un hogar con madre soltera con 4 hijos? ¿Es de $21.000 para una jubilada que vive sola? Claramente, no. ¿Entonces, cuál es el valor de referencia para estos hogares?

7) Lógicamente, cuando un hogar es más chico, menos bocas que alimentar, y el precio de la canasta es menor. Pregunta típica: “si en una familia de 4 miembros la canasta es de $21.000, en una de 2 miembros es de $10.500″? La respuesta es “a priori, no”. ¿Por qué “a priori, no”?

8) Porque no solo importa la cantidad de miembros del hogar, sino la edad de tales miembros y el género. La razón es que las necesidades energéticas son diferentes según la edad y el género. Obviamente, un adolescente necesita comer mucho más que un bebé.

9) El INDEC toma como referencia a los varones entre 30-60 años, considerados “adultos equivalentes”. Acá está la tabla. Un adolescente varón equivale a 1,04 adultos equivalentes. Un bebé recién nacido a 0,35 adultos equivalentes. Una mujer de 32 años a 0,77 adultos equivalentes.

10) Entonces, lo que tenemos que hacer es: a) Ver a cuántos adultos equivalentes equivale un hogar. Un hogar de 4 amigos que viven juntos y tienen 31 años equivale a 4 adultos equivalentes. Un hogar con madre de 25 e hijo de 4 a 0,76+0,55=1,31 adultos equivalentes.

10 b) Ver cuál es el valor de la canasta correspondiente a ese tamaño. Es por ello que el INDEC publica el valor de la canasta por adulto equivalente. Para pobreza, ese valor fue de $6.753,70 en agosto. Ergo, el 1er hogar requiere $27.015 para no ser pobre. El 2do, de $8.847.

11) Es justamente por tal razón que, dada esta metodología, una jubilada que vive sola y cobra la mínima no es pobre. La mínima está en $8.637. La canasta básica para una mujer de 70 años viviendo sola (que equivale a 0,67 adultos equivalentes) es de $4.524.

12) Que un salario esté por encima de la canasta tipo de $21.000 no necesariamente significa que ese laburante zafe de la pobreza y viceversa. La clave es ver cómo es la composición del hogar de ese laburante y si hay otros perceptores de ingresos. FIN

Una aclaración. El INDEC calcula dos canastas básicas. Una es solo de alimentos y sirve para medir indigencia. La otra (llamada “canasta básica total”) incorpora además todo lo no alimentario (ropa, transporte, servicios públicos, salud, etc). Esta última define quién es pobre.

Por lo tanto, todo indigente es pobre, pero no a la inversa.

 

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Para el Indec, Argentina es un país sin pobres

 

Comedor La Buena Voluntad

Entrando a la página del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), uno se tropieza con una buena noticia: casi no hay indigencia en el país. Y de hecho, disminuyó casi seis veces durante el período 2006-2011. Según el Indec, viven esta situación de precariedad sólo 1, 7% de los argentinos,  mientras que en 2006, este mismo indicador marcaba 10%.

 “El año que viene ya no habrá indigencia en la Argentina, según el Indec”, dijo Dan Adaszko, investigador del Observatorio de la Deuda Social Argentina. Una llega a esta conclusión mirando la disminución sostenida de las cifras de indigencia en las estadísticas oficiales. Para calcularlo, analizan la proporción de hogares cuyos ingresos no superen el valor (precio) de la canasta básica de alimentos.

Lo mismo sucede con los niveles de pobreza en ese mismo período.

Entonces: la indigencia y la pobreza están bajando a ritmos galopantes. ¿Tenemos motivos para ponernos contentos? El problema es que la realidad depende del cristal con que se mire. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA, la indigencia en el 2011 fue de 5,4%, y la pobreza, de 21,9%. En rigor, hay tres veces más de pobres según el ODSA (UCA) que lo que muestra el Indec.  Seguir leyendo