Jonathan Albright: “Las fake news juegan un rol clave en elecciones”

 

El Director de Investigación del Tow Center for Digital Journalism de la Universidad de Columbia habló con LA NACION sobre impacto electoral de las fake news y la responsabilidad de las grandes compañías

-¿Cuál es tu definición de fake news?

-No hay una definición concreta, pero de seguro tiene una connotación negativa. Se trata de un contenido que puede ser viral y que muchas veces está sacado de contexto. Está relacionado con la desinformación y la propaganda, y se asemeja a un engaño intencional. Pero lo nuevo de este concepto es que no se aplica sólo a las noticias, sino a nivel organizacional. Ahora se puede catalogar a todo un medio nacional como falso. Usan el término para atacar o desacreditar a toda la estructura mediática y no sólo una noticia.

-¿Cuál es la motivación de fake news?

-Hay algunas motivaciones económicas y monetarias muy claras que se basan en conseguir tráfico y clicks. Pero también están las políticas. Las fake news que se publican en elecciones están destinadas a modificar el comportamiento del votante y a alterar la opinión de las personas sobre cierto candidato. Muchas veces la intención es influenciar e impactar en los resultados electorales.

¿Considerás que las fake news pueden cambiar las opiniones y afiliaciones políticas de los ciudadanos?

-Absolutamente, las fake news juegan un rol clave en elecciones. Uno de los problemas que vemos en la evolución moderna de las fake news es que son personalizadas y están dirigidas al individuo. No es el tipo de propaganda en que los aviones tiran miles de mensajes políticos por la ciudad o se reparten panfletos por las calles, esto es completamente diferente. Y lo peor de todo es que no es transparente, no podemos volver atrás y ver qué pasó. No tenemos acceso a la base de datos de Facebook para ver qué vio la gente, es decir, si se trataba de un aviso sponsoreado, un posteo de un individuo, un comentario, no podemos rastrear el comportamiento de la gente. Esa es la gran diferencia entre la propaganda de masas y las fake news que están dirigidas a una ubicación de gps específica en un momento concreto.

-Qué opinás de la declaración: “Las fake news ayudaron a Trump ganar las elecciones”?

-Considero que si hay intereses similares, sus causas se alinearán. Eso no significa que van a trabajar juntos o coordinar cosas juntos, pero si las personas tienen un mismo interés político y económico, entonces naturalmente van a coincidir. Creo que la declaración es engañosa porque implica simplificar algo muy complejo. Obviamente hubo noticias con una gran carga emotiva que estaban destinadas a elegir a Trump o bien, a no votar por Hillary. Había personas que nunca hubieran votado a Trump, pero la imagen que crearon de Hillary era tan negativa que lo terminaron haciendo.

-Pero las fake news siempre existieron, ¿por qué son un problema ahora?

Todo está polarizado, todo es una discusión y la gente no tiene tiempo para analizar y entender lo que está leyendo antes de compartirlo. Además, se suma el avance de los bots o de las cuentas falsas automatizadas que difunden contenido de forma muy estratégica, coordinada y personalizada. Es como estar en una guerra de información. Estas cuentas simulan que hay apoyo sobre alguna causa, cuando en realidad no la hay. Responde o comparte contenido en conversaciones o discusiones ajenas muy específicas de forma muy personalizada.

-¿Crees que plataformas como Google, Facebook y Twitter funcionan como dispositivos de amplificación de las fake news?

-Todo se basa en clicks, vistas y permanencia. El dinero en internet tiene como base la atención de las personas y hasta que eso no cambie, no hay nada que pueda hacerse. Pero sí creo que hay una necesidad de algún tipo de regulación por parte de una entidad gubernamental independiente, porque las compañías son empresas que quieren ganar dinero. Facebook, Google y las otras redes sociales no tienen por qué encargarse de regular y monitorear la propaganda política y las fake news, ese no es su trabajo, pero alguien tiene que hacerlo.

-¿Entonces la solución para combatir a las fake news implica la intervención del gobierno?

-Creo que quizás sí, las empresas de tecnología no son malas ni tienen la intención de crear efectos negativos en la sociedad. Pero empresas como Facebook, hoy son la principal fuente de tráfico de los medios, son los encargados de distribuir las noticias, y eso implica cierta responsabilidad con los usuarios, entonces tiene que haber reglas. Pero no va a ser tarea fácil porque en Estados Unidos tenemos la primera enmienda de libertad de expresión, en cambio en Europa hay protección contra la incitación verbal al odio. Habrá muchos experimentos al respecto porque estamos hablando de procesos democráticos y no podemos caer en la censura. El objetivo deberá focalizarse en combatir el avance de la xenofobia, el odio y todo lo relacionado a la discriminación.