Una base de datos con “mucha carne”

 

Flickr/Creative Commons / Diego3336

El periodismo económico –el más ortodoxo inspirado en el trabajo de los economistas– desde siempre ha utilizado bases de datos para construir información: la tendencia del data-journalism llega para profundizar este proceso y democratizar el conocimiento.

Seamos abiertamente honestos con la comunicación. Al hacer pública una base de datos producimos efectos informativos ampliamente superadores a un buen artículo periodístico.

El punto de vista que puede ofrecer un artículo periodístico construido a partir del análisis de una base de datos es limitado y finito [hay espacios y formatos preestablecidos para su publicación]. Al abrir la fuente al público damos la posibilidad de expandir curiosidad y conocimiento más allá de lo sospechado.

1. CARNE CRUDA

A mitad de octubre del año pasado, en una discusión de sumario (reuniones que se realizan entre redactores y editores para presentar propuestas de notas) surgió la inquietud de los coletazos de la inflación en la microeconomía. La palabra “precios” rápidamente se trasladó al concepto “góndola”. Había observado que en el hipermercado de mi barrio habían decidido achicar el sector de carnicería.

¿Dónde podemos consultar el consumo de carne? El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) tiene un buen sector de estadísticas económicas. En su sitio de Internet desde hace algún tiempo tomaron la decisión de hacer públicas las bases de datos que utilizan para analizar el mercado bovino.

Al chequear las métricas históricas de consumo promedio (en kilos) por habitante caímos en cuenta de que en 2011 Argentina tocó su mínimo histórico: 53,4 kg. El dato más bajo en los últimos cincuenta años –cuando se empezó la serie-.

2. CARNE PROCESADA

Consideramos este hecho como relevalente: la carne, alimento ícono de la tradición gastronómica argentina, registraba su menor nivel de ventas en un contexto circundado por la expansión del PBI y la inflación.

Consultamos a especialista del mercado cárnico para ayudarnos a descifrar el por qué. Todos arribaron a una explicación más o menos unánime. Entre 2007 y 2011, el stock de vacas cayó 17% y los precios escalaron 222%. Conclusión: menos consumidores pueden comprar ese bien.

El 18 de octubre pasado el corolario fue la publicación del artículo “La mesa de los argentinos reduce el consumo de carne al mínimo histórico”.

3. CARNE HIPERVISUAL Y EN EQUIPO

Uno de los vicios que el periodismo económico en medios digitales heredó del papel es creer que podemos explicar una serie estadística sólo con palabras y sin aburrir al lector que fija la mirada en una pantalla.

Explicar signos (números) con más signos (palabras) parece a simple vista un despropósito semántico para el ecosistema digital, que ofrece como nunca múltiples herramientas para visualizar información.

En el artículo teníamos 3 bases de datos para armonizar en el contenido: consumo anual per cápita, precio promedio del kilo y cabezas de ganado. Para brindar al lector una perspectiva de estas tres variables, Mariana Trigo Viera, subjefa de diseño interactivo, creó esta infografía:

¡Es importante el trabajo en equipo! Debatir con el infógrafo el tenor de los datos a comunicar y cómo se desarrollarán le ayudará a optimizar su graficación. Asimismo, el ordenamiento visual ayuda a clarificar los conceptos que se explican. Entonces:

  • Los gráficos ayudarán al ojo a leer datos complejos ordenados en una serie y permitirán al usuario explorarlos de modo dinámico
  • El texto será el soporte fundamental para explicar por qué esos datos son noticia

El periodismo económico nutrido de bases de datos tiene la posibilidad inédita de potenciar su trabajo. No sólo por la funcionalidad de arribar a noticias gracias a la lectura comparada de una estadística y enriquecerla con multimedia. La finalidad va más allá.

Al “abrir” datos y hacerlos accesibles a cualquiera, generaremos la oportunidad de pensar nuestra propia fuente primaria para disparar otros puntos de vista y análisis. Incluso, más allá de lo planteado por nosotros. Quizás este sea otro modo de lograr que los lectores puedan arribar a sus propias conclusiones.