“Como yo lo veo, todo el mundo experimenta un milagro. Yo nunca voy a ganar el Premio Nobel, o convertirme en el líder de una Nación, o entrar en combustión espontánea. Pero si consideran todas estas cosas improbables juntas, al menos una de ellas le va a suceder a alguien. Yo pude haber presenciado una lluvia de ranas. Yo pude haber pisado Marte. Yo pude haber sido devorado por una ballena. Yo pude haberme casado con una Reina o haber sobrevivido meses en el mar. Pero mi milagro fue diferente. Mi milagro fue que, de todas las subdivisiones de casas en Florida, me haya tocado vivir al lado de la de Margo Roth Spiegelman”. Parece que siempre me encuentro citando a John Green, o en este caso a Quentin, el protagonista de su novela Paper Towns. Lo cito a Quentin en este post por muchas razones. Primero, para contar que nunca me gustó mi nombre. Siempre supe el origen (bastante conmovedor) que tenía, pero nunca logró convencerme. Nunca, en realidad, me detuve demasiado en su significado o en todo lo que un milagro podría llegar a representar. Esto me conduce a la segunda razón de la cita: me pasa lo mismo que a ese chico de esa novela. Mi vida tampoco estuvo precisamente plagada de milagros o de hazañas grandilocuentes. Esto me conduce a la tercera razón y que se relaciona con lo que dice Jesse en Before Sunset: “Desde mi punto de vista, sin embargo, mi vida siempre estuvo llena de drama”. Entonces, volví a tomar noción de que un milagro, para uno, puede ser aquello que te modifica la rutina, aquello de lo que te sentís orgulloso, aquello que podés compartir con los demás, aquello que, si te preguntan por vos, mencionás casi como un acto reflejo. Mi milagro, entonces, es este blog. Mejor dicho: mi milagro es que ustedes pasen todos los días por este blog. Porque cuando hablo de mí, inevitablemente hablo de Cinescalas, y me doy cuenta de lo extraño que puede resultarle a otra persona la explicación.
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¿Cómo explico que este no es solo un blog de cine? ¿Cómo explico que en él no estoy sola sino que todos los días me encuentro virtualmente con mucha gente? ¿Cómo explico que a veces nos juntamos por fuera de lo virtual? ¿Cómo explico que siempre quiero publicar a las nueve de la noche para quien no puede comentar durante el día? ¿Cómo explico que de a poco voy interiorizándome en los gustos de cada uno? ¿Cómo explico que después del post de Silver Linings Playbook mi grado de relación con ustedes, mi confianza, fue mayor de la que ya era? Creo que quienes estamos dentro de esta comunidad sabemos que todos esos interrogantes no pueden responderse sin llegar a la conclusión de que sí, efectivamente lo que pasa acá tiene un cierto nivel de sana locura. Sobre todo porque, como también dice Quentin en Paper Towns, nos vamos conociendo de un modo atípico. “¿Cuándo nos vimos cara a cara? No hasta que yo vi tus imperfecciones y vos viste las mías. Antes de eso, solo estábamos mirando la idea del otro, como asomarse por una ventana pero sin observar lo que hay dentro. Por eso, una vez que el jarro se quiebra, la luz puede entrar. Y la luz puede salir”. El que escribe sabe bien lo mucho que uno se involucra cuando lo hace, lo emocionalmente agotador que a veces puede ser. Como cuando me senté a escribir ese texto de Silver Linings Playbook preguntándome si era una buena idea contar mi historia. Como cuando me senté a escribir sobre Life of Pi. Como cuando me senté a escribir sobre el vacío. Y así hay muchos posts. Hay 600. Todos distintos, sí, pero al mismo tiempo todos convergiendo en ese punto de que la ventana está definitivamente abierta para el que quiera asomarse y mirar detenidamente. Una vez los describí como mi ejército de la luz y, por más cursi que suene, creo que inconscientemente estaba aludiendo a que cada post cobra vida, se ilumina (“el que piensa luz se ilumina, el que mira faros se encandila”), cuando ustedes entran a completarlo con sus palabras. Por lo tanto, el milagro puede tener que ver con el momento especial/duro en el que concebí Cinescalas, pero más que nada tiene que ver con la comunidad que apareció. Porque yo tampoco habré ganado el Premio Nobel ni habré sobrevivido a un naufragio, pero un día empecé un blog porque sentí que tenía cosas para decir y ustedes me leyeron. Pasaron del primer párrafo. Pasaron del primer post. Pasaron de los 100. De los 200. De los 300. De los 400. De los 500. Y ahora estoy acá y puedo decir que, sin dudas y en este presente, ése es mi milagro. Y por él, les doy las gracias. ♦
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AHORA SÍ: EL VIDEO DE REGALO:
En los momentos en los cuales me pongo autorreferencial respecto a este espacio, suelo definirlo, entre otras cosas, como una suerte de diario íntimo. Cada post representa una página y cada página, a su vez, está ligada a un momento cotidiano en particular. Por eso es que recuerdo cada una de las circunstancias en las que escribí todos estos 600 posts, con lo cual el vínculo entre mi vida y Cinescalas es indisoluble. En el video que van a ver la intención fue que sean ustedes quienes escribieran el diario del blog, que sean ustedes quienes pongan en palabras lo que les gusta de este lugar, que lo definan a su modo, definiéndose así a ustedes mismos. En este sentido, quisiera agradecerle profundamente a Gaby, quien en la última reunión me sugirió que sería una buena idea que todos los que pasan por acá sinteticen Cinescalas en una frase. Lo cual me lleva a Ezequiel, quien me ayudó con el armado de las imágenes. Lo cual me lleva a Mati Aimar, quien estuvo a mi lado, con la paciencia de siempre, para la edición del video. En la canción “All My Friends”, James Murphy canta: “…and If I made a fool, if I made a fool, if I made a fool on the road, there’s always this; and if I’m sewn into submission I can still come home to this”. Porque sí, pase lo que pase por fuera de este espacio, este es el espacio al que siempre vuelvo. Quería que esas palabras sonaran de fondo acompañando las de ustedes. Y quería darles las gracias por lo que me escribieron. Desde distintos puntos geográficos, desde distintas edades, desde distintas situaciones, pero siempre desde esa sensibilidad que los caracteriza. Acá están todos ustedes (y cuánto me alegra):
Cinescalas para mí es... from lanacion.com on Vimeo.
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DE YAPA: EL CONCURSO DE LA MEJOR NOTA DE LOS LUNES; AQUÍ LES DEJO LA LISTA PARA VOTAR SU FAVORITA:
El desafío de las pequeñas cosas por Javier Salas Bulacio / Bond, James Bond: la evolución de un clásico por Soledad Lamacchia / Oasis de película por Adrián Sanabria / Algunos contrastes sociales en el cine italiano por Daniel Jorge Pantin / Perks y las adaptaciones cinematográficas por Florencia Gaudio / Los ilegales y escenas WTF por Eduardo Meza / Creer en lo imposible por Luján Noguera / Cómo aprendí a amar el pochoclo por Ezequiel Saul / Nuevos en la marcha por Matías Marra / El sabor amargo por João Paulo Rodrigues da Silva / Por lo menos así lo veo yo por Natalia Paez / ¿Hasta dónde me querés? por Claudia Marés / Hollywood toma el control por Nicolás Godoy /
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Bueno muchachada, ya saben qué hacer en estos cumplepost(s): felicitar y votar
– Nuevamente gracias por ser mi compañía permanente, nos reencontramos el lunes donde anunciaré al ganador del concurso; ¡Buen Finde para todos!
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600 POSTS…¡YEAH!
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